En manos de mi sobrino
Fecha: 12/07/2019,
Categorías:
Anal
Sexo con Maduras
Sexo Duro
Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster
Una tarde en que me encontraba sola en casa, decidí ir a visitar a una prima de mi misma edad, Silvina, con quien había compartido mis años de secundaria en el mismo colegio. Éramos muy unidas y cada tanto nos encontrábamos para ponernos al día sobre las novedades en nuestras vidas…Hacía un poco de calor y por eso no llevé demasiado abrigo. Me puse un vestido rojo que se pegaba a mi cuerpo y llegaba por encima de mis rodillas y unos zapatos de tacón de aguja color negroYa en la calle caminé hasta el taller mecánico donde había dejado mi auto, con la esperanza de que le hubiesen solucionado algunas fallas. Los tipos alrededor no dejaron de decirme toda clase de groserías, como si nunca hubiesen visto una mujer sexy…Por suerte mi auto estaba listo para ser retirado y antes de subirme, tuve que soportar la mano del mecánico deslizándose sobre mis nalgas. Le dije que mi esposo le pagaría más tarde, pero el muy cínico respondió que yo misma podría pagarle de alguna otra manera que no fuera con dinero.Mientras manejaba mis piernas temblaban de calentura; pensando que tal vez no sería una mala opción dejarme coger por ese mecánico.Al llegar a la casa de Silvina toqué a la puerta, pero nadie respondió. Unos minutos después apareció mi sobrino Sebastián, diciendo que su madre había salido de compras con sus amigas.Por lo agitado que estaba el rostro de ese chico, me imaginé que debía estar masturbándose, porque no tenía fama de ser muy buen deportista.Sebastián me invitó a pasar, ...
... con cierto gesto de fastidio. Era evidente que su paja había quedado a medias…Caminé por delante de él y pude presentir su mirada de lascivia clavada en mis nalgas; así que decidí contonearlas más de lo acostumbrado. Yo andaba necesitando verga y ese chico estaba muy caliente. Era una ecuación ideal…Nos sentamos en el salón comedor y crucé mis piernas varias veces frente a él mientras conversábamos; siempre abriéndolas exageradamente para que Sebastián pudiese ver mi diminuta tanga negra casi transparente…Cada vez notaba que el chico abría más sus ojos y no dejaba de mirar mi tanga. Yo ya no me aguantaba más de la calentura que llevaba…Mi sobrino cada vez inclinaba más su cuerpo hacia adelante, mirando mi entrepierna ya sin disimulo. Entonces abrí bien las piernas y le pregunté:“Te gusta mi tanga negra…?”Sebastián se puso colorado, pero reaccionó enseguida:“Realmente hoy estás más cogible que nunca, tía…”Me puse de pie y levanté mi vestido, para que pudiera apreciar mis labios vaginales humedecidos a través de la delgada tela. Giré frente a él…Entonces ese chico pudo ver mis nalgas separadas apenas por ese delgado trozo de seda negra. De repente sentí que Sebastián se lanzaba de un salto hacia mi trasero. Me tomó por las caderas y comenzó a besar mis redondos cachetes.Casi me hizo perder el equilibrio, pero cuando iba a caer hacia adelante, él me tomó con más firmeza y comenzó a pasar su lengua por todo mi culo.Luego me hizo inclinar para poner mis manos sobre el respaldo del ...