Por debajo de la puerta
Fecha: 17/07/2019,
Categorías:
Hetero
Autor: pantia, Fuente: CuentoRelatos
Era mi primera oportunidad importante de cerrar una gran venta, desde que empecé mi trabajo de comercial, y tenía que desplazarme a ver a una empresa para terminar de convencerles de que contratasen nuestros servicios. La medida de lo importante que era esa visita la daba el hecho de que la misma directora comercial había decidido acompañarme, por lo que estaba doblemente presionado para hacerlo bien. Mi jefe me advirtió que no podíamos fallar, así que me preparé a conciencia, y aquel día estaba súper motivado. Por la mañana cogí un taxi para ir hasta el aeropuerto, y allí debía encontrarme con mi superjefa, para coger el avión con ella. Mar era una mujer de esas que no paran, muy activa y responsable. A sus 46 años, había conseguido posicionarse como una de las principales responsables comerciales de la empresa, y se codeaba con tíos que la sacaban en algunos casos 10 años, sin problema. Ella era muy inteligente y siempre sabía resolver cualquier problema, así que en cierto modo me sentía seguro con ella. La imagen que siempre tuve de ella de una mujer entradita en años, severa e hiperresponsable, contrastó con la primera impresión que me dio cuando me hizo señas, en el aeropuerto. Era una madurita, efectivamente, pero no estaba nada mal. Nos dimos dos besos y pude apreciar su perfume, que me produjo un súbito calentón, a la vez que me fijé en sus piernas, bastante sexys. Llevaba un vestido beige de falda corta y unos zapatos de tacón discreto, pero elegantes. Sus pechos ...
... destacaban bajo una blusa banca, y llegué a apreciar su sujetador transparentando debajo. Pero lo que más me llamó la atención fue que sus piernas estaban cubiertas por unos pantys beiges con muy poco brillo, pero infinitamente sexys. Al acomodarnos en el avión, pude apreciar sus piernas en todo su esplendor, ya que al ser la falda corta, me mostró unas vistas de sus rodillas perfectas. La verdad es que pasé todo el vuelo sintiendo mi entrepierna abultada, esperando que ella no lo notase. A pesar de que ella me hablaba continuamente, no lograba desconcentrarme de diferentes fantasías que me invadían constantemente. Desde imaginármela en su vestidor subiéndose los pantys esa mañana, hasta cabalgando sobre su afortunado marido, sobre la cama, entre gemidos de placer. Tuve que hacer un gran esfuerzo para concentrarme en el tema laboral cuando llegamos a la oficina del cliente, dejando para después el enorme upskirt que me regaló al salir del taxi, y que me dejó k.o. el resto de la mañana. Al final entre los dos hicimos bastante buen papel, y finalmente conseguimos el contrato, lo que provocó una explosión de júbilo mutuo, que derivó en un buen rollo muy agradable. Tal y como estaba previsto, la reunión se alargó toda la tarde, y salimos de allí directos al hotel. Mar me dijo que había algunas cosas que quería ver conmigo antes de la cena, así que al llegar al hotel pronunció unas palabras que me la pusieron dura inmediatamente: - "¿En tu habitación o en la mía?". Yo tuve que poner ...