1. Desafío de galaxias (capitulo 42)


    Fecha: 19/07/2019, Categorías: Grandes Series, Autor: calvito, Fuente: CuentoRelatos

    ... espadazos entre responso y responso. —Pues yo tampoco, —dijo Anahis arqueando las cejas. —Pero es que tú… tú… ¡bueno vale tú no! —Ni yo, —intervino Sarita. —¡Pues yo menos! —la exclamación de Opx hizo soltar la carcajada a todos al tiempo que entraban en el comedor donde cientos de soldados federales la esperaban. La aparición de Marisol, cogida del brazo de Opx, y seguida de Loewen, Anahis y Sarita, fue impactante y cientos de vítores y aplausos se elevaron automáticamente mientras las cámaras de televisión lo retransmitían a toda la galaxia interrumpiendo la programación habitual. Soltándose de Opx, se acercó a ellos y durante un tiempo fue saludando personalmente a todos los presentes, entre los que había jefes y oficiales, incluido Leinex al que dio dos cariñosos besos. Después se subió a una de las mesas y con las manos les pidió silencio. —Queridos amigos, hace escasamente unos minutos, he recibido una gran noticia. Como todos sabéis ya, hemos logrado cerrar el corredor enemigo y lo hemos hecho desde el otro lado, desde Magallanes. Un grupo de compañeros, de valerosos camaradas, capitaneados por Bertil, y con la ayuda de la capitan Aurre, a los que conocéis de sobra, son los que lo han conseguido, —un estruendo de vítores y aplausos volvió a elevarse interrumpiéndola—. Me acaban de comunicar, que han hecho contacto y ya vienen de regreso, —más aplausos— han muerto muchos compañeros, han perdido naves y las que regresan lo hacen con graves daños fruto de la tremenda ...
    ... batalla que han librado, ¡pero no me cabe la menor duda, de que lo conseguirán y regresaran a casa, con sus familias y con nosotros!, —más aplausos—. ¡Esto no está acabado! El que lo piense se equivoca. Nos quedan muchas batallas que librar y muchos amigos que perder, incluso nuestras propias vidas, pero no tengáis la más mínima duda, de que yo, y mis colaboradores, estaremos siempre al frente de las tropas arriesgando las nuestras, hombro con hombro con todos vosotros, —un estruendo de vítores y aplausos se elevó interrumpiéndola, pero ya tenía poco más que añadir. Entre el atronador griterío añadió levantando los brazos— y al final podremos gritar todos juntos: ¡victoria!, ¡victoria!, ¡victoria! Un suboficial especialmente fornido y con la ayuda de otros soldados, se la colocó sobre los hombros y la paseo por medio de la multitud que la tocaban como si fuera un ídolo de rock y la ofrecían vasos de licor. Finalmente, el suboficial la depositó en su mesa y cuándo todos se tranquilizaron comenzaron a cenar después de que Sarita la trajera algo del autoservicio. Pero no la dejaron tranquila, los soldados, fueron pasando con cuentagotas para sacarse fotos con ella con las cámaras de sus comunicadores. Con todos tuvo palabras cariñosas, caricias, sonrisas y besos, y la cosa duró hasta las primeras horas de la noche ya que muchos soldados, que habían cenado en otros comedores, se acercaron para poder verla. La descomunal dimensión de líder de Marisol, eclipsaba totalmente a todos los ...