Historias (III)
Fecha: 06/09/2017,
Categorías:
Dominación
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... azotes con la mano, bien fuerte que la quiero escuchar-ordenó volviendo al cuarto de baño. Me senté en el borde de la cama, la puse sobre mis rodillas, ella con los zapatos de tacón de aguja sin medias, las palmas de las manos en el suelo, sus muslos y su chocho en mis rodillas, sentí su miedo y su temblor, el contacto con su piel hizo que se me levantara la polla. Empecé a azotarla, plas, plas, plas, de un modo rítmico, alternando los golpes de un lado a otro, al poco rato, su culo estaba rojo, de vez en cuando paraba y los masajeaba, le debía doler bastante, ya que a estas alturas del castigo en respuesta a mis palmetazos ella se giraba y con una de las manos intentaba parar los golpes. Tomé esa mano y se la retorcí a la espalda, sin misericordia seguí azotándola, sus lamentos, súplicas y pequeños gritos me excitaban de manera desacostumbrada. Ya basta-dijo Ana que me miraba complacida desde la puerta del baño. Tomó una pomada y restregó el culo de Michelle con ella, aliviándola instantáneamente. Le limpió las lagrimas y la besó en la boca. Ana me estaba intrigando cada vez más. Era indudablemente una Ama, pero le tendría que enseñar que el Amo único era yo. Ana me miro y vio la tremenda erección que tenía. Mira lo que has hecho.- dijo a Michelle, señalando mi polla a la vez que la daba un tremendo bofetón.- ahora tendrás que calmarla. Yo fascinado por la escena, pensé que ya estaba bien, hasta aquí has llegado pensé, había llegado el momento de ponerla en su sitio. ...
... --Ella, no tú.-dije enfadado empujándola sobre la cama se la metí sin darle tiempo a reaccionar, a los pocos envites ordené a Michelle que se pusiera delante de mí, de espaldas de pie con las piernas abiertas sobre la cama para verle, a mi antojo, su culo rojo lleno de crema, sus pelos del chocho rubios, me la estaba follando con la mente, Ana se dio cuenta y cuando salió de su asombro intentó apartarme, no se lo consentí, y empecé a darle tortas en la cara mientras con la otra mano sujetaba sus muñecas, al poco rato, ella dejó de luchar y no por eso dejé de abofetearla, ella cambio y empezó a colaborar moviéndose y enroscando sus talones en mi espalda. Miles de sensaciones se concentraron en mis huevos hasta que exploté con una cascada de leche. Cuando se la saqué, Michelle se bajó de la cama y de rodillas me limpió con su boca dejando mi polla reluciente. Estaba aprendiendo deprisa y eficazmente. Limpia también a tu Ama.-ordené-- El chocho de Ana estaba chorreante de jugos y leche fue limpiado a conciencia, lo que provocó en Ana una serie de gemidos placenteros. Límpiate la crema, vístete y prepárate para salir dije a Michelle, que se puso de pie y se fue al baño. Ana, estaba esperando esta oportunidad, muy enfadada y con fiereza se volvió hacia mí diciendo: Cómo te atreves a follarme delante de esa perra, y ella sabiendo que te la estabas follando a ella y no a mí- Sin perder la calma la di un sonoro bofetón que la lanzó al suelo. --No olvides que el que manda, el Amo, soy ...