1. Confidencias 15 En los aseos del colegio Erico me la mete


    Fecha: 23/07/2019, Categorías: Gays Autor: Alvaro-L-de-H, Fuente: SexoSinTabues

    ... no había querido hacerlo, después de lo que había hablado con Eduardo quizá debería tenerlo y conocer lo que quería de mi, tendría estar atento para no dañarme, además amigos ya tenía y extrañaba a mis primos y a Pablo, poder pedir a Erico o a Pablo que me dejaran estar un rato con cualquiera de ellos y ofrecerme como hacía antes y atenderles cuando me pedían follarme. En uno de los descansos, entre clases, me quedé sentado en la escalinata y Erico se colocó a mi lado. -¿Qué te sucede? Estas triste y cabizbajo. No lo pensé más, le sujeté de la mano que pasaba por mi pelo. -Vamos a los aseos, necesito estar contigo y que me folles. Dudó y no se movió del escalón mientras yo me había puesto de pie. -¿No quieres? Le pregunté con desazón por tener que andarle rogando. Se levantó y me precedió a paso rápido. Entramos en uno de los últimos departamentos, no había ningún chico ni se escuchaba ruido alguno. Abracé su cuello y le busqué la boca para unirla a mía. -Te quiero primito, te deseo, claro que sí, pero el otro día parecía que no querías nada con nosotros. No le iba a contar ahora lo que Eduardo y yo habíamos hablado, ya no me sentía mal por volver a follar con mis primos o con quien quisiera, él me lo permitía. Se volvió para cerrar con seguro la puerta, el baño era de los especiales para minusválidos y me abrazó por detrás apretando el bulto de su polla sobre mis nalgas. -Todos te queremos y te echamos de menos y ya no te tenemos como antes. Oriol primito puto, estas tan ...
    ... bueno que me enciendes. Me besaba las orejas y el cuello mientras yo tiraba mi culo hacia atrás para notar mejor la dureza de su verga. Me dio la vuelta y besó con dulzura mis labios, hacía tiempo que mi primo no me besaba de esa manera, frotaba su mejilla con la mía, oprimiendo nuestros penes y sentirnos las erecciones que cargábamos. Jugué con malicia lamiendo de izquierda a derecha sus labios. -Podéis ir cuando queráis a mi casa, la casa de Eduardo, no se opone y desea que todo en mi vida siga igual pero a su lado. Sujetó mis manos llevándolas al culo sin dejarme que bajara sus pantalones como pretendía. -Esta clase la perdemos, vamos a pasar un buen rato. No me podía negar con su lengua en mi oído y mordiéndome el lóbulo de la oreja. -Sí, sí, lo que tú quieras, déjame que te la mame. Me pidió que me sentara en el inodoro y tiraba de mi camisa para sacármela me quitó toda la ropa y yo intentaba arrebatarle la suya. Estábamos muy nerviosos, por el lugar donde estábamos y por el tiempo que hacía que no miraba su hermoso cuerpo, con su verga larga y gorda y sus exquisitos testículos que no podía contener dentro del calzoncillo. No dejaba de pensar que mi pene, siempre tenía el mismo tamaño mientras que los de los otros crecían sin parar. Una vez desnudo me miraba fijamente a los ojos que yo desviaba para observarle todo el cuerpo. El vello cubría parte de su pecho y abdomen, no era mucho pero se veía oscuro. Sus pies continuaban huesudos y dignos de besarlos y pasarles la lengua ...
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