Dulce y amarga amistad (10)
Fecha: 23/07/2019,
Categorías:
Gays
Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
... para que no me contestes? -Se fue aproximando con lentitud, estudiándome, enseguida adiviné que Paula no me había descubierto y Demian no sabían que estuve presente escuchando lo que hablaba con su padre. Me abrazó y comenzó a besarme la cara, el cuello haciéndome gemir y luego me cerro la boca con sus labios. Me sentía herido y a la vez deseaba sus besos, estaba perdidamente enamorado y comencé a devolverle los besos y las caricias, caímos sobre la cama y seguimos abrazados hasta que habló, abrió la boca para conseguir que volviera en mi y recuperara la razón. -Tengo que hablar contigo, tenemos que hablar los dos de los nuestro. -Empujé su pecho para que se apartara. -¿Qué tenemos que decirnos? Yo solo quería saber lo que te sucedía para que escaparas de mi y no querer hablarme. -He tenido el móvil averiado. -Era la más burda mentira que podía haberse inventado, sí, sabía desde ya que lo que escuchara no sería bueno. -Se te habrá estropeado el móvil, no lo pongo en duda si tu lo dices, pero tienes otros teléfonos, muchos medios para comunicarte como ahora has hecho viniendo. -Se quedó sorprendido un momento y enseguida reaccionó. -Luego te explico, ahora déjame follarte precioso, eso nos calmará cuando veas lo que te amo, necesito tu culito como tu necesitas mi verga, llevamos días sin vernos y no vamos a tirarnos las culpas a la cara, eso ya no importa, luego lo veremos de otra manea. Era increíble su prepotencia, su descaro, en otro momento sus palabras me hubieran sonado ...
... a música celestial, ahora eran una declaración de que solo le interesaba para utilizarme como objeto sexual y desahogarse. -No, primero habla lo que venías dispuesto a decirme. -Me abrazaba mimoso besándome el cuello, en el lugar exacto donde sabía que me volvía loco, se había convertido en una máquina de besar, y sin poderme contener le seguía en su locura, se bajó la cremallera de la bragueta y sacó la polla dura y excitada al máximo, comenzó a empujarme la cabeza acercándola a su miembro viril hasta que percibí su prodigioso olor inconfundible, a macho, a testosterona, a presemen delicioso y de repente me encontré con su verga en la boca. Se la mamé como nunca lo había hecho, esa verga era mía, me pertenecía por derecho, nadie me la quitaría y lucharía por ella. Me arrodillé entre sus piernas y le bajé los pantalones y el bóxer, quería tener también sus huevos para lamerlos y acariciarlos. Me cogió la cabeza con las dos manos y me la inclinó para que le mirara mientras le mamaba. Su mirada era de plena autosuficiencia y sonreía cono un cazador que dominaba a su presa vencida y derrotada. -Mírame mientras la mamas. -Hizo saliva y la dejó salir, justamente cayó en el tronco de la verga y ansioso me comí todo el tronco para que la saliva no resbalara y se perdiera. Después me arrepentiría de mi extrema sumisión, ahora solo quería darle placer, demostrarle que no encontraría hombre o mujer que le hiciera gozar como yo lo hacía. Soporté que me follara la boca salvajemente, con ...