1. CLASES DE PIANO 7


    Fecha: 26/07/2019, Categorías: Hetero Autor: adalberto1979, Fuente: SexoSinTabues

    Iba en el tren ensimismado recordando mi noche, la había pasado sólo en un hotel, mientras estaba en la cama viendo el viejo techo recordaba a Rita y a sus hijas, imaginaba esas pequeñas vaginas que me esperarían CLASES DE PIANO 7 Iba en el tren ensimismado recordando mi noche, la había pasado sólo en un hotel, mientras estaba en la cama viendo el viejo techo recordaba a Rita y a sus hijas, imaginaba esas pequeñas vaginas que me esperarían; en mi fantasía imaginaba a Rita cogiendo conmigo para tener mi pito lubricado para ellas, un lubricante natural a base de secreción vaginal; también imaginaba a Rita abriéndole las piernas a las dos y con sus dedos separando sus labios vaginales para mostrarme el pequeño himen que yo rompería, como me sujetaría de mis caderas desde atrás para marcar el ritmo de mi cogida, jadeando conmigo como si los dos las estuviéramos penetrando al mismo tiempo. Mi pene se erectaba con esos pensamientos, pero no me masturbé, guarde todas mis energías y leche para ellas. Mi erección se marcaba en el pantalón, iba ensimismado en el tren, de repente el silbato de llegada a estación me regresó al presente, vi como una señora miraba mi bulto y puse mi maletín para taparlo, ella me vio a los ojos y sonrió, era una mujer madura, atractiva pero “madura”, le di la espalda, no me interesaba otra mujer que no fuera Rita o sus hijas… o Ximena … o Aurora… o la directora o… nah, era yo un caliente que me cogería a cualquier mujer, pero en ese instante me preparaba ...
    ... psicológicamente para mis hembritas que me esperarían, no sabía porque Rita había hecho tanto arguende si igual me las cogería; para mí hubiera sido suficiente noquear a Ruperto con muchas benzodiacepinas y cogérmelas toda la noche a las tres, pero bueno ellas son mujeres y para ellas estos eventos representan algo especial y si así lo quieren manejar pues bueno, les seguiré la idea. Toque la puerta antigua de la casa con mis nudillos, miraba a todos lados, me sentía paranoico, como si las demás personas supieran lo que estaba a punto de hacer, Rita tardó en abrir, pero cuando lo hiso salió el sol para mí, vestía un vestido color oscuro, plisado que le llegaba a la mitad de la pierna que no dejaba disimular su cuerpo, porque podía ver unas piernas torneadas, la armonía que hacían con sus caderas, su estrecha cintura y su generoso busto, reconocí el vestido, fue el que traía la primera vez que la vi, mi corazón palpitó de emoción cuando la vi, ella lo notó, me dio la mejor de sus sonrisas y me invitó a pasar, una vez que entré y ella cerró todas las chapas de la gran puerta, se volteo a mí y me besó con esa pasión que solo ella me podía demostrar, no recordaba otra ocasión en que la hubiera besado con ese vestido, de hecho la primera vez que estuvimos los cuatro después de la merienda se había cambiado, mientras me besaba cerrando los ojos y yo acariciaba su cuerpo a través de la suave tela, la sensación era justo como pensé que se sentiría el día que la conocí ‐ Te extrañe mi ...
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