Entre-acto. Secretos desvelados - Relatos Eróticos

Entre-acto. Secretos desvelados

... agarrara algo y la lengua la mantenía pegada a un carrillo y su mejilla mostraba el supuesto penetrador. ¿Ninguna le denunció? No tenías testigos ni pruebas. Tía, hay que dormir, madrugo y el día es muy largo, y lo peor, mañana me darán de hostias. Ya veo, te falta inteligencia, aprende de tus errores y no seas memo, ve a tu bola y que los demás se busquen la vida. Si fuera como dices, tú no estabas ahora aquí. Ya, te hubieras negado a llevarnos. Sí, aunque pude haceros chantaje, a cambio de un polvo. Cierto, como dices truhan, me hago la idea, las dos mirando desde el asiento y tu delante follándote a la escogida, que pudo ser cualquiera de nosotras y esta llegar al monasterio chorreando semen. ¡A dormir! – Ordené. Tendré una fantasía con lo que terminas de decir, y de las tres, ese polvo me lo hubieras echado a mí, las otras rezaban mucho, y dudo que pudieras sepárales las piernas. La tapé la boca con la mano y empezó a reírse, aparté la mano. ¿De qué te ríes? Que en vez de tu mano, podías taparme la boca con algo cilíndrico. No respondí, le di la vuelta, mejor que me dé la espalda, y yo miré al lado contrario, pensaba en la reunión, el tiempo se había terminado, y espera que no se hubiera enterado de la amiguita del catalán, lo mismo me la colgaba a mis espaldas. Desperté sobresaltado, y tuve que pensar, miraba al techo sin ver nada, luego a la puerta, solo pude distinguir la claridad del diodo de la alarma, solté aire, mi mente ya estaba en la oficina, hoy me iban a ...

... dar de hostias y hasta una sanción por rebelde. Y sorpresa, su voz muy cerca. He velado tu sueño y manoseado mientras dormías, me dije que me ocurrían cosas muy extrañas, yo desnuda y tu vestido, aunque con lo que duermes poco te protegía de mis manos, y dormido reaccionabas, te mantuve la erección varias veces, aunque te movías, me daba cierto extraño placer tu penetrador en mi mano, le agarraba con ese gustillo que empezaba a humedecer mi vagina, pensaba yo misma follarme con tu penetrador, intentaba buscar la forma adecuada, y construir un hermafrodita con nuestros sexos, tu penetrador y mi vulva, un solo ser que se folla así mismo, y me asaltaba una duda ¿Quién de los dos sentiría placer?, un mismo cuerpo y dos sexos, debería de poder hablar con las babosas, y que me contaran cuando se lo montan solos. Si te diré, que pensé en pasiva con la moribunda, tú en los últimos instantes en esta vida, y yo, arrodillada entre piernas te chupaba el penetrador con impunidad, estaba segura que te gustaba ya que de vez en cuando te movías, como si estuvieras metiendo, y me di cuenta como aumentabas ese ligero movimiento, sentí ciertas pulsaciones que conocía muy bien y me preparé a recibir tu simiente, y llegó, me pareció que me escupías ya que me llegó al fondo de la garganta, luego te derramaste en la lengua, abrí la boca para que me llenaras, yo, tenía otra fantasía diferente, yo dentro de mi vagina y podía ver a tu penetrador como derramaba esa masa blanquecina, muy caliente que yo ...