Cristina (2)
Fecha: 04/08/2019,
Categorías:
Incesto
Autor: kiko, Fuente: CuentoRelatos
... muslos, y cuando pasó su lengua por la rajita de Cristina, Mariola escuchó el gemido más sensual que había escuchado en su vida, y al oírlo, de su pequeño chochito, salieron unas gotitas de flujo. Mariola, le dio la vuelta a Cristina, que estaba colorada como una grana. -¿Te gusta lo que te hago, Cristina? -¡¿Qué si me gusta?! He estado en el cielo sin llegar al orgasmo. Se quedaron mirando a los ojos. Sus labios se fueron acercando, y cuando se encontraron, se dieron un beso largo, largo y dulce, muy dulce. Del beso, Mariola, pasó a acariciar las tetas de Cristina, unas tetas duras y con sus grandes pezones erectos. Se las chupó, se las lamió y se las mamó. No eran las primeras tetas que comía Mariola, pero como aquellas no había comido ningunas. No se pudo aguantar más. Se sentó sobre la pierna izquierda de Cristina. Frotó su empapado chochito contra ella. Los roces de su clítoris contra la sedosa pierna, enseguida dieron sus frutos. -Me voy a correr, Cristina -musitó Mariola. -Sera bonito ver tu cara cuando tengas el orgasmo. No fue bonito, fue precioso ver a Mariola con los ojos cerrados. Ver sus convulsiones, y ver su bello rostro descompuesto por el placer. Fue tan hermoso, que si Cristina, tuviese ...
... experiencia, con lo caliente que estaba, se hubiese tocado y se hubiese corrido con la amiga, pero como no la tenía. Se deshizo en gemidos. Mariola, cuando acabó de correrse, besó a Cristina, y aún con la voz entrecortada. Le preguntó: -¿Preparada para tener el orgasmo de tu vida? -Más que preparada. -Cierra los ojos y disfruta. Le dio otro beso, sin lengua esta vez. Le chupó un pezón. Le chupó el otro, sin tocarle las tetas. Le besó el ombligo. Metió su cabeza entre las piernas de la amiga. Pasó su lengua por su empapado chochito, y ya no hizo falta que hiciera nada más. Cristina, se aferró con las dos manos a las sábanas de la cama, y dijo, mientras levantaba la pelvis y echaba cuatro chorros de flujo en la cara de Mariola: -¡Te quiero! ¡¡Te quiero!! Te, te, te, te... ¡¡¡Ooooooooooh!!! Se corrió con una fuerza brutal. Parecía que la estaban electrocutando. Sus gemidos volvieron a poner a cien a Mariola, que lamió aquel chochito como si fuera el manjar más delicioso de la tierra. Al acabar de tener Cristina, aquella impresionante corrida, y mientras se besaban, sintieron llegar el coche del padre de Cristina. El susto fue gordo. -¡Tu padre! -exclamo Mariola. -¡Y tu ropa la dejaste en la piscina! Fin de la segunda parte.