GUERRA DE ALMOHADAS
Fecha: 07/08/2019,
Categorías:
Confesiones
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... piernas, haciéndome un delicioso cunnilingus y masturbándose, mientras, Mari, besaba y acariciaba mis tetas. Mis jadeos, debían estar poniendo más y más cachonda a Rosi, ya que parecía que me quería devorar la almejita. Mis ojos se comenzaron a nublar. Mari, los vio, y le dijo a Rosi. -¡¡Sigue, sigue, que se corre!! -¡¡Y yo con ella!!-le dijo Rosi. Rosí, comenzó a correrse y chupó mi clitoris con fuerza. Era como si le estuviera haciendo un chupón. Me corri como nunca antes me corriera. Mi aguadilla se vertió en la cara de Rosi, mientras, el placer que me estaba matando, fue subiendo, subiendo y subiendo, hasta que fue tan fuerte que solté un alarido. Cuando volvimos a abrir los ojos vimos que Marí, estaba colorada como una grana. Seguro que si no se corría, reventaba. -Prepárate - le dije. Me metí entre sus piernas, y ¡Sorpresa! Sólo con poner mi lengua en la entrada de su almejita, se corrió, con una dulzura, con una lentitud, que parecía, si no fuera porque tenía los ojos en blanco, que estaba en fase de calentamiento. Cuando Mari, acabó. Rosí, me miró, puso un dedo en los labios, pidiéndome silencio, y desnuda, fue hacia la puerta del cuarto. La abriió, y allí estaba mi hermanastro, Jose, con los ojos cerrados, la polla en la mano y la leche empezando a salir de ella. -¿No prefieres echar un buen polvo? -le preguntó Rosi a Jose. El susto que se llevó mi hermanastro, fue de los que hacen historia, pero eso no evitó que se siguiera corriendo. Era su día de suerte. Lo ...
... desnudamos. Rosi, se la chupó hasta que aquel pollón volvio a estar en todo su esplendor. Marí y yo. primero lo besamos y despues, por turnos, le dimos las almejita a comer. Se la estaba comiendo a Mari, y... -¿Quien quiere ir de primera? -preguntó Rosi. -¡¡¡Yo!!!! -exclamo Mari. Marí, subió encima de mi hermanastro. Rosi, le puso su almejita en la boca. Yo le cogí la polla y se la llevé a la entrada de la almejita de Mari. Mi hermanastro. empezó a metérsela. Primero, la puntita y después, el resto, muy despacito. Entraba muy apretada. -¿Te duele? -le pregunté, por saber lo que se sentía. -Un poquito, pero vale la pena. -¿Has bebido alguna corrida de mujer, Jose? -le preguntó Rosi, a mi hermanastro. -Ni de mujer ni de hombre. Mi hermanastro, se la metió toda a Mari, Marí, comenzó a gemir. Rosi, también gemía. Yo llevé la mano a mi almejita. La primera en correrse fue Mari. Una corrida brutal y escandalosa. Rosi, no se corrió en su boca. Cuando Mari, se sacó de encima, se subió ella. Le entraba tan apretada como le entrara a Mari, pero estaba tan excitada, que le entró toda sin sentir nada de dolor, lo que sintió, y tuvo, fue una corrida grande como un océano. Después de correrse, quería seguir, pero me tocaba. Quería ser la que hiciera que se corriera mi hermanastro. Poco después de habérmela metido, mi cuerpo se empezó a derretir como un helado bajo el sol. Tres veces me derretí, pero al final lo conseguí, conseguí sentir los latidos del pollón de mi hermanastro al correrse dentro ...