Viaje al sur
Fecha: 12/08/2019,
Categorías:
Primera Vez
Voyerismo
Autor: HotFinix, Fuente: xHamster
... debo decirte que mujeres inteligentes y bellas como tú, no he encontrado más.¡Calla! -me dice entre nerviosa y risueña.Pues, era la verdad. Lamentablemente los hombres hemos arruinado con engaños todo lo que es este sensual baile de seducción, en dónde una observación tan sencilla y honesta sonaba a cliché pasado de maduro. Al menos mi franqueza se veia sin ningún problema.Fuimos a un bar que ella disfrutaba, uno donde se podía charlar amenamente. Poco a poco, ya después de varios tragos, la conversación se fue elevando en tono y temperatura. ¡Dios, es hermosa Astrid! Poco a poco el resto del bar fue diluyéndose en una masa amorfa y me acerqué poco a poco hasta que tiernamente le robé un beso. Un piquito, de esos suaves, en donde acaricié suavemente a su labio superior.Ella se estremeció... y yo no podía alejarme de ella.Ella titubea un momento, aprovecho la situación para robarle otro piquito pero ahora a su labio inferior. Nuevamente se estremece, yo suelto un suspiro. Nos abrazamos sin dejar de entrelazar nuestros labios. ¡Pero que labios más suaves los de Astrid! Estaba intoxicado por su perfume, su inteligencia y su belleza.En esa estuvimos un tiempo, donde poco a poco los piquitos fueron transformándose en besos, besos en donde yo mordisqueaba suavemente sus labios. Besos en donde con la punta de mi lengua acariciaba la comisura de sus labios. Poco a poco comencé a besar sus pecas, sus ojos, su frente. Ella me tenía simplemente atrapado. Solamente existían esas ...
... esmeraldas que refulgían con pasión.Mira, me dice ella, creo que nos caería bien caminar. Veo disimuladamente el reloj en mi celular y me doy cuenta que nos pasamos poco más de dos horas besándonos. ¡No lo sentí! ¡Que besos tan increíbles los de Astrid!No pude articular palabra, simplemente asentí y esperé a que ella empezara a caminar. Tenia una enorme erección y me apenaba que ella viera lo que sus besos provocaban en mi. Afortunadamente no mojé mi pantalón, eso hubiera sido muy penoso, pero definitivamente podía sentir como mi pene estaba mojándose poco a poco. Ajusté la dirección de la erección para poder caminar cómodamente y al alcanzarle, le abracé por la espalda y le besé su cuello.Volvimos a llegar al anfiteatro. Todas las parejas y la gente de antes parecía haberse esfumado. Aproveché esto para robarle desde atrás un beso apasionado y comenzar a besar su cuello, colocando mis manos en sus costillas, seguí besando su nuca. Ella terminó de prenderse en llamas y tomó mis manos, colocandolas en sus pechos. Gloriosos, firmes, parados...los acaricié y pude apreciar que eran probablemente una talla C llena o una D incluso. Sentí como poco a poco sus pezones se iban parando a través de la ropa, cual pequeños botones de rosa. Ella soltó un gemido, y aproveché para acercarme aún más a ella y que sintiera mi erección en sus nalgas, firmes y paraditas.Algo pasó en ella, la franqueza de nuestra conversación, el cómo podíamos hablar de fantasías así como de trabajos universitarios o ...