1. Confesiones


    Fecha: 12/08/2019, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    Siempre me consideré bisexual desde niño, cuando en una siesta de verano, un primo mayor que yo abusó de mí mientras mis padres dormían me sentí atraído por hombres y mujeres por igual. Siempre me consideré bisexual desde niño, cuando en una siesta de verano, un primo mayor que yo abusó de mí mientras mis padres dormían me sentí atraído por hombres y mujeres por igual. No soy un hombre bello, y casi siempre paso desapercibido entre la gente tanto por mi apariencia física como por mi timidez. Conocí a mi primera novia cuando ya pasaba los veinte años, una compañera de Bellas Artes, que se había peleado recientemente con su novio. Yo no la busqué ni ella tampoco lo hizo, simplemente se dio. Teníamos muchas cosas en común, nos gustaba la misma música, la plástica y la literatura. Nueve meses después, cuando yo comenzaba a pensar en matrimonio, hijos y pasar el resto de mi vida a su lado, me tomó de la mano y me llevó a un aula desocupada, me hizo pasar y cerró la puerta tras ella. Con la mirada perdida en el piso me dijo titubeando. - Me arreglé con Raúl. Su anterior novio y levantando la vista clavando su mirada en la mía agregó. - Nos casamos al finalizar el año. No dije nada, no sabía que contestar tan solo me desplomé en una silla y la vi irse del aula y de mi vida para siempre. El resto del año pasó lentamente, a veces yo la miraba en clases sin que ella lo notara. Ella, por su parte, no volvió a dirigirme la palabra. Fue al finalizar el año egresamos mientras era saludado ...
    ... por familiares, compañeros y amigos ella se acercó me dio un beso en la mejilla y me dijo: - Felicidades. Con una sonrisa triste. Se volvió y sin mirarme caminó hacia Raúl que la esperaba a unos metros, él me saludó con la mano desde lejos, tomó la mano de ella y se fueron. Nunca más los volví a ver. Luego hubo otras novias pero nada de importancia ni que durara tanto tiempo. Pasó el tiempo y una tarde de domingo lluvioso mientras miraba una película en video con mi mejor amigo, Rafael, por razones que aún no comprendo me miró y me dijo sin motivo alguno. -Soy gay. No pude responderle, en ese momento entró mi madre a la habitación con un plato de galletitas en la mano, se sentó junto a nosotros a ver la película mientras nos ofrecía la merienda. La película terminó y yo acompañé a Rafael hasta su casa. En el trayecto no se habló del tema, él no hizo ningún comentario al respecto y yo no me atreví a preguntarle nada. Llegamos a su casa, se despidió con un beso en la mejilla y entró a su casa. Pasaron algunos meses y la relación con Rafael siguió como antes, como si nunca me hubiera dicho nada. Fue en las vacaciones de verano cuando Rafael me pidió que lo acompañara a cuidar la casa de su tío que se encontraba de vacaciones con su familia en la costa. No le gustaba estar sólo en aquella casa desierta aunque tenía pileta y televisión con cable. Accedí a acompañarlo aquella noche. Pasamos unas horas jugando en la pileta y comimos pizza que pedimos al delivery, vimos Saint Seiya ...
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