Playa viva 2 - Relatos Eróticos

Playa viva 2

... paseando; pero lo peor eran los ni_os tirando arena al aire, jugando con pelotas o salpicando de arena a los aceitados ba_istas de sol, en sus cimbreantes carreras. La nota mas pintoresca, la daban las construcciones de madera, que, al igual que palafitos, se adentraban en el mar sirbiendo de balnearios multicolores; esto si parecia una estampa arrancada de los primeros a_os del siglo. Por lo demas, se echaba en falta la tranquilidad de nuestra playa salvaje. Dimos cuenta del aperitivo, y animados por un exquisito olor de pescado frito, decidimos comer alli mismo; despues unos cafes en la plaza y luego un paseo haciendo tiempo hasta las cinco, hora en la que daban suelta a los soldados. Carmen me advirtio las ganas que tenia de ver a Jose y la necesidad de hacer el amor con el; la comprendi y le dije que colaboraria en todo lo que pudiera para que fueran felices. Nos apostamos a las puertas del cuartel, y al rato comenzaron a salir cantidad de jovenes uniformados, algunos, verdaderamente atractivos, pero pronto vimos a uno que destacaba de todos, era Jose. Le hicimos se_as, y al vernos, se vino sonriente con nosotros. !que alegria me dais! exclamo Abrazos, besos, apreton de manos... Bueno, vamonos con la musica a otra parte dije yo viendo como Carmen, muy ilusionada, se agarraba del brazo de Jose y se deshacia en caricias con el. Nos fuimos a un pub discreto donde nos sentamos a tomar una copa y charlamos durante un buen rato. Nos contamos lo ocurrido en los ultimos dias, y ...

... como le habiamos echado de menos; y entre tanto mi mujer, no perdia ocasion de acariciarle, como embobada, incluso darle furtivos besos en la boca, que terminaron poniendo cachondo al bueno de Jose. soldado le dije vas a tener que cumplir No me hagais esto contesto Mirar que llevo dias en el cuartel, y me estais poniendo a cien, ademas..._donde podria desahogar? No te preocupes le respondi Eso corre de nuestra cuenta Salimos del pub, tomamos el coche, y enfilamos la salida en direccion a Cartagena. Ya en las afueras, giramos por un caminito hacia la Torre de Rame, y paramos en un lugar desierto muy propicio para nuestros planes. Carmen que ya estaba medio desnuda, le abrio la bragueta al soldado y le extrajo el cipote. Glotonamente se puso a chuparlo como si de una rica golosina se tratara. Haced lo que sea tranquilos, que yo vigilo les dije. Si, lo hicieron, primero Jose le obsequio a Carmen con una corrida soberbia que le lleno de leche la boca, nariz y ojos, y acto seguido, sin perder dureza, el joven le hizo una monta que obligo a Carmen a gritar como una posesa. Yo, aunque vigilante, no me habia perdido detalle, con lo que mi excitacion fue aumentando hasta tener que masturbarme mientras miraba la belleza de aquellos cuerpos haciendo el amor. Cuando terminaron, vi como surgia abundante, la pastosa leche del co_o de mi esposa y se deslizaba por el muslo. No pude aguantarme, y sin dejar de masturbarme, me tire sobre ella, y con la lengua, comence una operacion de limpieza ...