Conociendo al señor Manuel IV
Fecha: 24/08/2019,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: dbeni72, Fuente: xHamster
... entrar a darle los buenos días.- Buenos días, Manuel. Ya veo que está despierto.- Buenos días, María. Pero tápate, que he sentido que tu marido está en casa.- No se preocupe.- Le dije susurrando. - José duerme. Además le he contado lo sucedido.- Pero María...- Tranquilo. Realmente no se lo he contado. Me ha pedido que le hiciese lo mismo que le he hecho a usted, y esos gemidos que ha escuchado, son el fruto de la repetición de la escena.El señor Manuel se quedó mudo, miraba con ojos medio asustados, medio sorprendidos, pero sin decir palabra.- José duerme como un angelito, y usted no ha terminado lo que le acabo de ver hacer.- Si ya he dormido lo suficiente, María.- No se haga el tonto.- Y metiendo la mano bajo la sábana, agarré su miembro.- Ya le he dicho que aquí no se va a quedar ninguno de mis hombres insatisfechos.- María, que está tu marido en casa...No le di tiempo a decir más. Mis dedos acariciaban su miembro lentamente, desde sus enormes huevos, pasando por el grueso y venoso tronco, hasta llegar a la punta, provocándole una respiración más profunda a cada caricia en las zonas más sensibles. Así estuve un largo rato, sentada desnuda en su cama, mientras mi mano disfrutaba de cada curva, vena o rugosidad de esas partes masculinas.Poco a poco levanté una pierna, para dejar mi sexo al aire, dejando esa pierna flexionada y de lado sobre la cama, y con suavidad llevé su mano a mi entrepierna. Mi sexo estaba empapado, y tomando su dedo lo metí unas ...
... pocas veces. No decía nada, y obedecía a cada orden que mi cuerpo o mano le pedía. Agarré ese dedo humedecido, y lo llevé a mi clítoris.- ¿Ve ese puntito más duro? Ese es mi clítoris, el principal culpable de mis orgasmos. Le voy a enseñar a jugar con él.Agarrando su dedo, lo metí en mi boca para humedecerlo más, y lo llevé a mi clítoris. Con una mano masajeaba su pene, y con la otra manejaba su dedo. Ahoga mis suspiros para no despertar a José, y cada vez disfrutaba más y más la experiencia. Mi pequeño clítoris estaba como una piedra, y sentía su dedo cada vez más intensamente. Comencé a mover las caderas, para notar esa mano en mi sexo, cuando de repente note como su polla comenzaba a latir y soltar su cálido líquido. Fue sentir su deliciosa corrida cayendo sobre mi mano, y explotar de placer. apretando fuertemente su mano entre mis piernas.Nos quedamos tumbados en esa posición, yo con mi sexo a la altura de su tripa, y mi cabeza a la altura de sus rodillas, donde podía ver un plano espectacular de su sexo mojado por su semen.Solté su polla ya flácida, y me acerqué al baño a ducharme. Al salir, mi marido dormía plácidamente y nuestro vecino también.El resto de la mañana no lo recuerdo como algo anormal. Quizás Manuel estaba más cercano y tranquilo, y eso a mí también me hacía sentir bien.Curiosamente estaba deseando que llegara la noche, y ver que me deparaba, pero siempre con un pensamiento tranquilo y de ternura, que no sabría explicar muy bien.(Continuará)