Noelia, una mujer muy sacrificada
Fecha: 28/08/2019,
Categorías:
Sexo con Maduras
Confesiones
Autor: Arandi, Fuente: CuentoRelatos
... Pancholote, evadiéndose de su realidad en el alcohol el muy pendejo en vez de almorzarse; merendarse; comerse y cenarse ese reverendo trasero.” —Pero no se preocupe Noe, yo le hago la valona. Hablo con mi jefa y voy a tratar de convencerla. Usted no se apure. A la Señora le brillaron los ojos. —¿De verdad? Te lo agradecería mucho. Sí, dile que yo sólo quiero una tirita para meter la camioneta. Sólo eso, dile que me conformo con una tripita de terreno. “Tripita...”, pensé. “Tripita es la que te voy a ensanchar cuando te la meta por el chiquito, nomás pa’ que me recuerdes con cariño, pinche Noelia”. Total que, después de dos semanas de andarla visitando, Noe entendió mi mensaje. Yo le prometía convencer a mi madre y, si acaso no lo lograba, yo mismo le daba la palabra de venderle un “pedazo” de terreno nomás me fuese heredado. Así que aquello era cosa segura (como le dije), nomás que a cambio... —¡Pedazo de cola que te cargas, me cae! —le dije, sinceramente, mientras se daba sentones sobre mí, tuteándola por primera vez. Yo siempre le había guardado respeto. Pero en ese momento yo no la respeté. La hice como quise. La puse de perrito en su sillón; la nalgueé; le di a mamar mi verga y la coloqué sobre el pretil de su ventana en cuatro para que desde la planta alta de su casa (donde estábamos) les gritara a sus nietos que ya ...
... dejaran de chingar, pues entre sus gritos y chillidos estaban haciendo que perdiera la concentración. Pinches chamacos tan más castrosos, me cae. —De veras que tú marido es un pendejo —le comenté, cuando ya me sentí con mayor confianza. —¿Por qué dices eso? —Noe me respondió. —Pues nomás mira... este pedazo de... —dije y le agarré sus morenas carnes—. En vez de estar empinando el codo te debería estar gozando y haciéndote gozar. Poco hombre. No te merece. —¡Oye, pero tú qué te crees! —me increpó mientras aún estaba sobre mí—. Si Paco es un buen hombre. Gracias a él tenemos esta casa. Además se mata trabajando para darme el gasto y... Puta... total que me soltó una serie de mentiras que ni ella misma se debería creer, pero bueno. Eso de que “Paco”, como ella le dice, estaba pagando las mejoras a su casa no se lo creé ni la suegra. Todo mundo sabemos lo borrachín que es y que cuando tiene dinero en la bolsa todo se lo gasta en la bebida. Ya no le dije nada nomás por no hacer corajes. No la quise contradecir pues ya se me estaba bajando la excitación y no quería desperdiciar la oportunidad así que la dejé que se engañara sola, total a mí qué. Le llevé la corriente mientras me la seguía bombeando, haciendo cornudo al tal cabrón, y ella hablándome maravillas de su “Paco”. No cabe duda que no hay peor ciego que el que no quiere ver. FIN