La mujer del disidente (02). El interrogatorio
Fecha: 07/09/2017,
Categorías:
Dominación
Voyerismo
Autor: Senatore33, Fuente: CuentoRelatos
... mientras la dirigían al interior del edificio, uno de los policías cogía la maleta azul de Antonio y la lanzaba a un contenedor. A Amalia la dirigieron al interior de la prisión a través de un gran portón de entrada. Al acceder al hall de entrada cerraron en portón tras ella y abrieron una puerta metálica a través de la cual la hicieron pasar. La llevaron hacia un despacho a través de varias salas y pasillos. En cada sala, antes de abrir la puerta por la que tendría que pasar, cerraban la anterior, con lo que la seguridad era máxima. En el despacho había sentado un hombre al que se dirigían como Capitán. Por fin uno de los agentes le soltó las esposas, y tras frotarse las muñecas, Amalia hizo amago de sentarse en una de las dos sillas libres que había frente a la mesa, pero el capitán no se lo permitió, diciéndole que nadie le había dado permiso. Entonces, cada uno de los policías que habían entrado con ella cogió una de las sillas y desplazándolas a cada lado de la sala se sentaron ellos. Amalia quedó de pie, en mitad de la sala, frente al capitán, y con un policía sentado a cada lado. El capitán comenzó a interrogarla, y le pidió datos, como su nombre completo, su dirección, sus propiedades o su lista de familiares. Para ella era incómodo revelar tanta información que consideraba personal, más aún sola, sin el apoyo de su marido, y delante de tres hombres, portando un vestido que se le ceñía al cuerpo y sin sujetador. El capitán iba apuntando cosas en una libreta, y ...
... continuó realizándole preguntas cada vez más incómodas. -¿Eres virgen? -preguntó-. -¿Eso qué tiene que ver? -protestó ella-. Uno de los policías se levantó de su silla, le agarró del pelo y tirando fuerte hacia atrás le habló al oído: -¿Prefieres que te arranquemos el vestido, te bajemos las bragas, y lo comprobemos nosotros mismos? -amenazó-. El capitán va a rellenar su informe quieras o no quieras. -Suélteme, por favor -pidió ella, pero el policía tiró aún con más fuerza-. Amalia se llevó las manos a su cabeza, intentando sujetar la base de la improvisada coleta por la que el agente la estaba zarandeando con fuerza. Los otros dos agentes esperaban con parsimonia, disfrutando del movimiento de los pechos de Amalia bajo el vestido mientras ella se agitaba. -Contestaré, contestaré -acordó por fin, a lo que el agente le soltó el cabello-. El capitán no volvió a hacer la pregunta, solo la miraba a la espera de una respuesta. -¿Cómo voy a ser virgen, si estoy casada? -preguntó ella-. El agente que se acababa de sentar se volvió a levantar, con lo que Amalia se sobrecogió temiendo un nuevo tirón de pelo, pero el capitán hizo un gesto indicándole que no interviniera, mientras él mismo se ponía de pie y rodeando el escritorio se puso frente a ella, lo que asustada la hizo retroceder ligeramente. La miró a los ojos tranquilamente, sin mediar palabra, pero de repente levantó su brazo y descargó sobre su cara un bofetón con todas sus fuerzas. Amalia impactada se llevó sus manos a la cara, ...