Trío de dos
Fecha: 30/08/2019,
Categorías:
Infidelidad
Intercambios
Autor: Leslie, Fuente: CuentoRelatos
Mi nombre es Greg tengo 26 años y el relato que voy a contar es completamente real, solo los nombres han sido cambiados por obvias razones. Tengo una preciosa novia de nombre Leslie. Ella tiene 25 años, cabello castaño claro, 1.70 metros de estatura, 50 kg, piel blanca, hermoso rostro con ojos color verde y una sexy figura fruto de tantas horas en el gym; cuerpo esbelto con un hermoso trasero respingado y un par de senos redondos y firmes. Yo de cabello castaño, piel blanca con ojos claros, 1.80 metros, 88 kg, cuerpo atlético, también aficionado al gym. Somos del norte de México, nos conocimos en la universidad y llevamos más de cuatro años juntos. Nuestra relación siempre ha sido buena y divertida, a ambos nos encanta el sexo y contarnos nuestras fantasías sexuales. Una de nuestras fantasías era que Leslie follara con otro hombre mientras yo observaba, fantasía que nunca imaginábamos llegará hacerse una realidad. Siempre nos ha gustado viajar por carretera para conocer algunos de los hermosos lugares que ofrece México. Claro esto ha sido cada vez más difícil por razones que los mexicanos conocemos bien. En México hay un famoso bar que se encuentra dentro de en una mina abandonada. Debido a que el bar está a una profundidad de casi doscientos metros, es necesario bajar por un elevador o un carro especialmente adaptado. Algunos amigos que ya lo habían visitado nos animaron a conocerlo, por consiguiente Leslie y yo hicimos planes para tomar un par de días libres para ir a ...
... conocer el bar y otros atractivos de la región. Salimos un viernes temprano como a las seis de la mañana para realizar el viaje de unas cinco horas en auto, desde nuestra ciudad hasta la ciudad donde se encuentra la mina. El viaje transcurrió sin contratiempos por lo que llegamos al hotel alrededor de mediodía. El hotel era algo rustico, lo básico sin nada de lujos, una cama, un sofá, un pequeño sillón, el frigobar y la ducha; pero tenía muy buena ubicación ya que se encontraba en el centro de la ciudad, a corta distancia de los museos y la mina. El plan para ese día era comer algo, visitar alguno de los museos y regresar al hotel para arreglarnos e ir al bar de la mina. Comimos en un lugar tranquilo cerca del hotel, visitamos un museo de historia colonial y subimos al teleférico que cruza sobre la ciudad, desde la mina hasta un cerro cercano. Ya en el hotel nos dimos una ducha y aprovechamos para cachondearnos un poco antes de salir de fiesta. Tomamos un taxi para llegar al bar para no arriesgarnos a regresar manejando con unas copas de más. Cada noche la entrada al bar está limitada a un número máximo de personas, por lo que tuvimos que ser puntuales y hacer una fila antes de abordar el carro que utilizan para transportar a los visitantes; durante el traslado es obligatorio usar casco y chaleco de seguridad. Nuestros conocidos ya nos habían advertido de estos requisitos, por lo que no nos incomodamos de más. Ya dentro del bar el ambiente es fantástico. Luces, sonido y un moderno ...