1. El sueño con cenicienta


    Fecha: 21/03/2019, Categorías: Fantasías Eróticas Tus Relatos Autor: williammarshall, Fuente: RelatosEroticos-Gratis

    ... aquel colchón de impoluta sábana color celeste, se despojó del resto de su ropa. Sí recuerdo que una de mis manos empezaron a amasar sus pezones mientras oscilaba como un flan sobre unas tetas medianitas que presumían de un deseable aspecto, mientras su mano apretaba y tiraba a la vez de la mía en un contradictorio juego de insistencia y rechazo simultáneos. Sus jadeos fueron venciendo el segundo por el primero, mientras mi otra mano ya había separado lo suficiente sus piernas como para que mi lengua comenzara acariciar los labios de su coño, ya destilando una incipiente humedad, acompasando a unos movimientos de cadera que se orientaban hacia mi boca, la cual respondió acoplando mis labios en los suyos, un beso de labios contra labios donde su lengua era un clítoris que se balanceaba con las sacudidas de mi lengua regalándome más humedad, más jadeos, más movimientos…. Sus piernas se flexionaron hacia atrás sin necesidad de insistencias y sus manos abarcaron mi cabeza solícitas, buscando prolongar aquella sensación que comenzó a generar espasmos de placer a mi cenicienta. Mi boca recibió un brebaje de sexo femenino mientras aquellos gemidos se transformaron en un contenido grito que prolongado varios segundos, desplomó su cuerpo mientras rendida permitía que mi lengua siguiera insistiendo en zonas menos sensibles.
    Me incorporé hacia la altura de sus ojos, besé su boca sonriente y susurré a su oído palabras que sólo ella, en el sueño, ha llegado a conocer. Al igual que al ...
    ... principio, tampoco supe cómo ni cuando mi ropa había desaparecido por completo, pero al notar su mano atrapando mi polla con firmeza acomodé mi cuerpo para facilitarle aquel trabajo. No le costó incorporarse, acercar su cara, y abarcar mi glande con sus labios mientras su lengua jugaba con mi punta primero, el tronco después, y finalmente la engullía hasta el fondo mientras babeaba con un hambre que sólo conseguía endurecer aún más mi erección. 
    Disfruté de aquella mamada sin concesiones mientras mis dedos acariciaban su pelo y lo agarraban a veces para prolongar algunas de sus mejores acometidas, y mi otra mano retornó a su culo, ahora en pompa, con mis dedos humedecidos previamente en su aún chorreante coño, jugando con la forma de su ano. Cuando llegó el momento, interrumpí aquella felación antes que fuera demasiado tarde, entre sus risas por la osadía de la postura levanté sus piernas abriéndolas hasta casi doblar a mi cenicienta, que me miró desafiante acariciando ella misma sus tetas y mordiéndose el labio en medio de una sonrisa de descaro. Acomodé brevemente mi polla en la entrada de su coño, deslizándola al interior sin esfuerzo, resbalando en una humedad nuevamente creciente y disfrutando del tope de mis testículos contra su culo, que provocó en ella unos grititos de placer que anunciaron el camino hacia un nuevo orgasmo de mi cenicienta. Sus manos abandonaron sus tetas y me atraparon la espalda, mi cuerpo se encorvó sobre ella, mi lengua jugó con sus lóbulos y su ...