LASPRIMAS
Fecha: 22/04/2019,
Categorías:
Incesto
Tus Relatos
Autor: kiko, Fuente: RelatosEroticos-Gratis
... Puso la nariz en su ojete. Olió profundamente, y exclamo:
-¡Qué olor! Huele mejor que un asado de cordero.
Comenzó a lamerle el culo cómo si fuese un helado. Después le lo lamió y se lo folló con la lengua. Cada vez que la lengua entraba en el ojete. Concha, gemía, y cada vez que gemía la azotaba en las nalgas con las palmas de las manos. Al estar cachonda, cogió la espiga y jugó con ella en la entrada del ojete, que se abría y se cerraba. Concha estaba cada vez más excitada y al mismo tiempo, asustada.
-¡Me vas a reventar el culo con eso!
-¡Silencio o voy a buscar una espiga más gorda, Mula!
Concha, se calló. Greta chupó el condón para engrasarlo y le escupió en el ojete. La espiga fue entrando lentamente en su ano. Era como una polla gorda y le hacía daño. Los gemidos pasaran a ser quejidos. Greta, no paró, sabía lo que había sentido ella al meterla por primera vez y al final le gustara, y así fue... Le folló el culo hasta que volvieron los gemidos...
Al rato sacó la espiga del culo. Le cortó los cordeles de los pies y le dio la vuelta. Concha ...
... tenía el coño empapado. La besó y dejó sus labios cerca de los de su prima. Mirándola a los ojos le puso la espiga en la entrada del coño. Concha, le dijo:
-No, prima, por ahí, no.
-Yo hago lo que me sale del coño, maricona.
La espiga fue entrando en el coño muy apretada, pero no se quejó. Una vez dentro empezó el mete saca... Pasados unos minutos. Concha, gimiendo de nuevo, buscaba los labios de su prima, pero Greta se los negaba una y otra vez. Al rato, Greta, ya no aguantaba más.
-¡Ay que me corro, prima!
Concha buscó los labios de Greta, esta vez los encontró. Se fundieron en un beso tan largo, como larga fue la corrida de Concha que salía a presión por ambos lados de la espiga.
Acabó de correrse y la desató, Concha, le dijo:
-¿Quién te aprendió el juego?
-Nadie, me salió. Estoy muy mojada. Quiero correme otra vez.
No iba a ser posible. Acababa de entrar en la casa la madre de Greta, como siempre hablando sola y haciendo aspavientos con las manos... Loca estaba, pero a la hora de comer volvía.
Qique.