1. La puta del asilo


    Fecha: 07/09/2017, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Lucia0117, Fuente: CuentoRelatos

    Actualmente estudio en un colegio distrital y presto el servicio social en las tardes en un asilo, tengo 18 años, no es por presumir pero tengo un buen cuerpo, tetas grandes y un culo bien redondo y firme. Soy de piel blanca y cabello negro. Siempre bien cuidada maquillada y arreglada. Esto me paso la semana pasada. Al inicio el asilo de ancianos era muy aburrido, así que me despreocupaba mi ropa, aunque tuviera escotes o faldas de colegiala ¿qué iba a sentir un viejo? sus tiempos ya los vivieron y no tendrían interés de ese tipo (eso creí). Me pasaba las tardes jugando ajedrez con ellos, llevándoles la comida a las 2pm, y dándoles la mano para que caminaran en el jardín. Todos rebasaban los 60 años, dormían casi todo el tiempo. Así que era un trabajo... aburrido pero nada difícil, y un lugar muy tranquilo. Una tarde después de la comida, éramos 5 chicas cuidando a los ancianos en su hora de siesta... pero como siempre... no sucedía nada, las demás chicas se salieron a escondidas de fiesta a tomar alcohol, al fin y al cabo prometieron volver en 3 horas máximo. Me quedé porque quería terminar de ver el programa que había dejado el abuelo que se quedó dormido. Cuando comencé a escuchar ruidos... Era Don Justino, me asomé discretamente en su habitación, estaba asomado a la ventana viendo pasar unas chicas masturbándose, lo cual me espantó mucho y sin querer al cerrar rápido la puerta me escuchó, y por consiguiente me habló - Lisa, ven pequeña.- Entré avergonzada y me disculpé y ...
    ... para no hacerlo sentir mal le dije que sería un secreto. Se rio y me dijo que no le importaba, y que como no iba a decir nada, me confiaba que se masturbaba pensando en mi compañera Laura cuando se venía en su falda de colegiala corta con su blusa blanca de escotes, lo cual yo ya no sabía que decir, el anciano se levantó con los pantalones abajo y me dijo que tenía mucha pena pero que no alcanzaba subirse los pantalones que lo ayudara, así que me agaché y al hacer esto el señor me restregó su pene en mi cara y lo aventé... y me dijo que mi cara decía que se me había antojado... Lo cual me molestó y yo intenté salir de la habitación pero él se tiró al piso y abrazó mis piernas muy fuerte, yo llevaba mi falda de colegio súper corta que apenas me cubría el culo y metió su cara entre mis piernas para oler mi vagina, le decía ¡basta, basta! pero el metía más su cara frotándola en mi vagina sobre mi braga, lamiendo. La verdad me daba asco el señor, era viejo, arrugado, gordo, con el pene pequeño y flácido, algo calvo de cabello blanco y al mirar hacia abajo lo único que veía era su cara clavada entre mis piernas y sentía como chupaba, hizo de lado mi braga, y metió su lengua en mi vagina lo más al fondo que pudo y lamió de arriba abajo, en círculos, metió y sacó... mis fluidos comenzaron a salir, maldito anciano me chupaba el coño bien rico! Yo fingía que no me gustaba porque notaba que al viejo le excitaba y me chupaba más duro y me tomaba más a la fuerza. Lo aventaba y volvía a ...
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