1. La roomie


    Fecha: 18/11/2017, Categorías: Anal Primera Vez Masturbación Autor: BigFatJoe, Fuente: xHamster

    Me pidió quedarse un tiempo en mi casa en lo que encontraba un departamento para vivir. Era mi amiga desde hacía años, así que no lo pensé mucho. Al otro día, ella estaba en mi puerta, maleta en mano. Se instaló en el cuarto para visitas y esa noche cenamos y platicamos sobre lo que pensaba hacer con su vida.A pesar de que nos veíamos de vez en cuando y salíamos con nuestro grupo de amigos, pocas veces teníamos tiempo para platicar, así que aprovechamos. No puedo negar que me gustaba desde siempre, y que cada que podía me la pasaba echando ojeadas a su escote y pensando en ese hermoso par de tetas.Me fui a acostar pensando en su cuerpo, la imaginaba desnuda y apenas aguantaba las ganas que tenía de cogérmela. Nunca intenté nada por no arruinar la amistad, pero tenerla tan cerca ya comenzaba a volverme un poco loco.Los días siguientes me masturbé más de lo común pensando en ella, en su cuepro desnudo mientras se bañaba, trataba de salir al pasillo cuando ella salía del baño para poder verla cubierta sólo por la toalla. Era como si su olor fuera impregnando la casa pocoa poco. Todo olía a ella y yo ya no podía más.Ella parecía no notar el cambio en mi estado de ánimo, pero al mismo tiempo, los siguientes días siguió paseándose en toalla por la casa, cada vez más tiempo, como si eso fuera muy normal entre nosotros. Al cuarto día, la esperé en el pasillo a que saliera de bañarse. Cuando me vio puso una cara de sorpresa que cambió rápidamente por una sonrisa.Me le acerqué y, sin ...
    ... decir nada, le metí la mano por abajo de la toalla. Todo su cuerpo escurría, pero me excitó más sentir su panocha mojada. Besé su boca y le arranqué la toalla. Por fin, ahí estaban esas dos grandes tetas que tanto me había antojado con sus escotes. Tomé una con la mano libre, la miré, la acerqué a mi boca y mordí ligeramente su pezón. Ella gimió al instante y empezó a desabrocharme el pantalón.Cuando terminó, la voltee contra la pared y comencé a arrimarle mi verga en las nalgas, sin dejar de tocar su puchita húmeda, de agarrar sus tetas, apretar con los dedos sus pezones. Escuchaba su respiración agitada, sus gemidos, todo me calentaba cada vez más.Ahora ella fue la que me empujó hacia la pared. Se agachó, tomó mi verga entre sus manos y comenzó a chuparla, primero un poco, a juguetear con la lengua, y luego se la metió toda y la dejó ahí por varios segundos.Yo miraba sus ojos brillantes, sus tetas, y la apretaba más hacia mí. Sacó mi verga y comenzó a lamerme los huevos, muy suave. Me dejó empapado con su saliva. La levanté y, de nuevo ella de espaldas a mí, le metí la verga ahí en el mismo pasillo. Acariciaba su espalda arqueada, buscaba otra vez sus pezones, la jalaba ligeramente del cabello.Mojé un dedo con mi saliva y comencé a jugar con su cola. Apretaba un poco mi dedo contra su culo y veía cómo se excitaba aún más. Antes de hacer cualquier cosa, ella tomó mi mano y me llevó hasta mi cuarto. Parecía que si yo iba a invadir un lugar particular de su cuerpo, ella podía ...
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