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Mi sobrina
Fecha: 21/11/2017, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Fuí a buscar a mi sobrina a una zona del centro de la ciudad que no es muy segura, pero ese día hubo una poderosa tormenta y todo estaba colapsado. Así que para guarecernos entramos a un cine a pesar que pasaban una película porno. Al ver lo que veríamos le dije que nos fueramos, pero ella dijo: Afuera nos vamos a empapar, aquí al menos estamos secos. La película, tenía algo más que porno, por lo que se hizo pasable. Al salir dos horas después el tráfico seguía infernal y la lluvia era ahora más fuerte. Había un alerta y el Metro no trabajaba, así que decidimos caminar a casa. Era como una hora y llegamos completamente empapados. Mi esposa estaba de viaje al exterior. Al entrar a casa Diana temblaba de frio, empecé a desnudarla para llevarla a la ducha caliente y ella no se opuso, me desnudé y fuimos. En la ducha le di masajes para el frio con el agua tibia, la enjaboné y ella me permitió tocarla toda. Yo estaba muy excitado con aquel jóven y bello cuerpo, al voltearla me abrazó y quitándome el jabón empezó a enjabonarme. Estaba fascinada con mi pene y antes que pudiera evitarlo, introdujo mi glande ...
... en su boca y empezó a lamermelo de una manera muy delicada y sensual. La hice parar t la llevé besandola a la cama. Allí acaricié su vagina con mi boca, dejándola a punto de orgasmo 4 veces, entonces me acosté sobre ella y deslicé mi pene en aquella suave, estrecha, delicada, cálida, y bien lubricada vagina, y empecé a cogermela con deseo. Diana gemía de placer y tuvo un orgasmo muy intenso que dejé que disfrutara abrazandola con ternura, y volví a la carga vertiendo todo mi semen muy profundamente en su vagina, mientras ella acababa por segunda vez. Nos besamos largamente mientras nos recuperábamos, manteniendo nuestros cuerpos unidos. Esa noche hicimos el amor 6 veces, pero me preocupé por darme 2 y 3 orgamos cada vez. Nos dormimos abrazados y al despertar volvimos a hacernos el amor antes de desayunar. La ciudad estaba colapsada y estuvimos atrapados 3 días, que aprovechamos al máximo. Mi esposa decidió no volver más y Diana empezó a vivir conmigo convirtiendose en mi mujer, y dandome una hermosa hija, producto de esa noche de tormenta. A pesar que Diana tiene 24 años y yo 50, nos amamos con locura
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