La calentonsita de la Yani
Fecha: 21/11/2017,
Categorías:
Sexo Oral
Autor: ámbar coneja, Fuente: CuentoRelatos
... mano en mi pene mientras decía: ¡dale profe, hoy sí llevame en tu auto, que llueve mucho! Su aliento fresco y el olor de sus ganitas hicieron que mi rebeldía le manosee el culo con alevosía. Ella se me apoyó diciendo que si la llevaba me hacía un pete. Le dije que la esperaba a 2 cuadras, a las 12-45, pero que hiciéramos como si fuese casual, por si alguien miraba. Cuando su figura se acomodó a mi derecha en mi auto y cerró la puerta suspirando, tomé un atajo camino a un descampado lleno de árboles. Esos minutos fueron un suplicio. ¡dale, sacá la pija afuera y seguí manejando!, dijo la piba mientras se quedaba en tetas. Ella solita se sirvió de mi pija ya a la intemperie, subió y bajó con su mano unas cuantas veces por mi falo con la palma previamente ensalivada, y antes de detener mi auto su boca se apoderaba de mi glande rebalsado de presemen. Luego dio unos ricos saltitos por mi extensión peneana, lamió mis huevos, apretó la base del tronco mientras succionaba mi pija, lo rozaba con sus dientes desparejos, la escupía con sabiduría y me pedía la leche casi susurrando. ¡dame la lechita, porfi profe, si querés que te la tome toda guacho!, se oía entre chupada, beso obsceno y alguna que otra arcada cuando mi cabecita púrpura tocaba el principio de su garganta. Yo le tocaba las tetas, intentaba pajearla sobre la calcita sintiendo que se le mojaba con un calor abrazador. Mi pene también conoció la tersura de sus gomas cuando se agachó afanosa por frotarlas contra él. Hasta me ...
... pidió que se las muerda y escupa con fuerza. Su boca volvió a ser protagonista, y con un arte solo comparable al de las actrices del porno se la tragaba sin remordimientos, hasta el fondo y gimiendo con deseo. Recliné el asiento hacia atrás, y justo cuando la loca se bajaba la calza sin frenar el impulso de su lengua en mi verga, un sacudón estrepitoso le ordenó a mis testículos liberar una ferviente cantidad de lechita caliente en esa boca espaciosa, golosa y adolescente de buenas costumbres. Ella eructó dos veces, saboreó un poco de mi semen ante mis ojos inciertos, sacó la lengua para untar las gotas que decoraban sus labios y me agarró la mano con urgencia. ¡dale, colame los dedos profe!, dijo abriendo las piernas. No fue necesario hacer demasiado. En cuanto mi dedo índice cruzó el umbral de su vagina mojada, sentí que empezaba a presionarlo, que sus jugos brotaban como si se estuviera meando, que temblaba su cuerpo y que el aire parecía no alcanzarle. Acabó en mi mano la muy puta, y después me limpió la pija con su corpiño antes de vestirse. Arranqué el auto y decidí llevarla a la plaza de la ciudad. Pero la muy insaciable me tocaba la pija a cada rato, y el olor de su conchita deliciosa en mi mano lograba que mis instintos solo tengan capacidades para querer cogerla toda la tarde. En el camino también me contó que todos los días cogía en la cama de su mami con un compañerito nuevo, y que a todos los vuelve loco su forma de chupar la pija. Supe que la famosa Lorena estaba ...