1. Nunca sabes cómo acabará la noche


    Fecha: 23/11/2017, Categorías: Primera Vez Voyerismo Autor: Lauer, Fuente: CuentoRelatos

    ... quede totalmente espatarrada con su torso sobre mi espalda. La polla de Juan era la única que aún permanecía retenida en mí interior. Los sonidos, los ecos de la lujuria desparecieron gradualmente. El silencio, tan solo roto por la música ambiental que había permanecido sorda a mis oídos hasta ese momento, triunfaba. Miré a mí alrededor, Pedro por fin me había liberado y pude elevar un poco la cabeza. Estaban frente a mí. A escasos metros Carla tumbada sobre una mesa, con las piernas separadas y alzadas en los brazos de mi marido que seguía llenándole el culo. Estaban muy quietos, abandonados, mirándonos hipnotizados y sonriendo. .-¡Que espectáculo nos habéis regalado! Hemos contenido nuestras ansias para no perdernos detalle. ¿No es así Carla? .-Me he embobado mirando como disfrutabais los cuatro. Que máquinas. Ja Ja Ja. .-Ya sabes cuánto me gusta mirarte mientras te diviertes y a Carla parece que también. Es algo voyeur al igual que yo, pero tenemos que acabar lo que empezamos. Un sonido rítmico y seco rompió el aparente silencio. Javier reanudaba su cabalgadura golpeando contra las nalgas de Carla. La cadencia se incrementaba poco a poco. Ramón miraba sentado en el amplio sofá, junto a mis pies, observando las expresiones de su pareja. Se incorporó y avanzó hacia ellos. Caminaba sereno. Tan pronto estuvo a su alcance, se fundió en un pasional beso. Seguí sus pasos y atrapé los pechos de Carla que seguía saboreando la boca de Ramón. Los acaricié, los estrujé, los besé, ...
    ... los retorcí, incluso mordí tiernamente sus pezones. Fue mi dulce venganza por las nuevas y gratas sensaciones que antes ella había obsequiado a los míos. Javier la mantenía firmemente sujeta, estrellándose una y otra vez contra su culo. En cada nueva incursión el cuerpo de Carla se zarandeaba sobre la mesa. Yo persistía jugando entre sus pechos hasta advertir su máxima excitación. Separé un poco más sus muslos y me lancé hacia su entrepierna lamiendo y bebiendo de su incendiado y abultado clítoris. Mi lengua se deslizó entre sus labios intentando hurgar en su interior. El ímpetu de la enculada de Javier, también cerca de su final, lo hacía difícil. Y ocurrió. .- uuuummhh!! uuuuuuummmmmhhhhh!! Los primeros gemidos de Carla fueron ahogados por la boca de Ramón. .-AAAAAAGGGGGHHHHHRRRRR!!!! UUUUUUHHHHHGGGGGG!!!! En su agitación Carla movía todo su cuerpo haciéndome casi imposible mantener mi lengua entre sus muslos. Mi cuerpo, totalmente recostado sobre ella, la aprisionaba y los brazos de Javier le impedían cerrar sus piernas. .-AAaaaGGgggggHHhhrrrrr!!! uuuuuhhhhhgggggg!! Finalmente el cuerpo de Carla, vencido, dejó de estremecerse. Mis manos rozaban levemente su piel. Con los ojos cerrados recibía las caricias de Ramón que amasaba su cabello y acariciaba sus encendidas mejillas. Pero Javier seguía. No recuerdo cuanto tiempo pasó, más bien poco. Cada vez su respiración era más intensa al igual que sus movimientos. Gruñía con cada nueva penetración. Estaba desbocado zarandeando a ...