Un compañero especial 7 - Relatos Eróticos

Un compañero especial 7

Qué desesperación teníamos los dos!! Apoyando mis manos en la mesa mi hombre me apretujaba las caderas y me garchaba de una forma que a mí me volvía loco. Fue subiendo su mano acariciándome la panza hasta llegar a mis pechos y los acariciaba y a la vez los apretujaba, con mi cintura arqueada y mi cola empinada , con su pecho contra mi espalda, me seguía dando de una manera más cadenciosa, pero siempre firme. El respiraba muy agitado y yo gemía como una gata, dejaba caer mi nuca contra su hombro, y Carlos al oído me recitaba un montón de cosas que me desesperaban aún más, qué hermoso sos, tenés un culo precioso, me volvés loco, y demás halagos. Tal era la calentura que los dos teníamos que ninguno de los dos aguantó más, los dos explotamos, la descarga de toda la semana ,me la estaba haciendo en mi cola. Y yo regue el piso con mi semen. Volte picar hacia atrás para besarlo mientras él me seguía sujetando del pecho,  vení vamos al baño, yo me senté en el bidet para descargarme todo lo que este Potro me había dejado en la cola y él se lavaba en el lavatorio, seguimos charlando, siempre con mis ademanes y mi modo femeninos, que al parecer a Carlos le encantaba que yo fuera así pero a mí me salía instintivamente, lo tomé de la mano y fuimos a la cocina, nos sentamos a comer y fue una charla de todo, hablamos de Brian, de mi vida ,de la suya, de mi trabajo  y del suyo ,de mi familia y de la suya, era la primera vez que comía desnudo con alguien, para ser sincero ahora que lo ...

... pienso, mi vida heterosexual fue bastante aburrida, terminamos de comer seguimos charlando en la sobremesa, La charla era amena, nos estábamos conociendo, me paré para lavar los platos, y de reojo mire como me observaba Carlos, con la sonrisa pícara le pregunté ,qué miras? Y el sobándose la poronga que ya la tenía morcillosa, me dice, que hermoso culo tenés, tu cola es más linda que la de cualquier mujer, le quedaría bárbaro una tanga ,me dijo. Ahí recordé que mientras limpiaba había encontrado una pequeña bolsa con algunas prendas íntimas de mi ex. Le dije a mi macho espérame un segundo, ahora vuelvo. Dónde vas ?me preguntó intrigado. Vuelvo en un segundo ansioso!! Encontré una tanga negra me mandé mi pene para atrás entre medio de las piernas y me metí la tanga bien en el orto. Volví a la cocina como si nada y me puse a lavar los platos dándole la espalda nuevamente, noooo!! No podés ser tan hijo de puta!!! Qué belleza de orto tenés!!! Y como un resorte se paró de la silla para venir a tocarme pero fui más rápido y me acerqué a él y con las dos manos lo hice sentar nuevamente en la silla,  abrí las piernas y me senté a caballito en su falda enfrentándolo lo rodee con mis brazos su cuello y comencé a besarlo apasionadamente mientras que con mis caderas y mi pelvis hacia un movimiento que lo volvía loco, yo tenía los huevos, la pija y el culo apretados con la tanga pero con eso le masajeaba su pija. Ya se le empezaba a poner cada vez más dura, ya estamos recontra calientes ...