Almita, el mentor y yo - Relatos Eróticos

Almita, el mentor y yo

... preciosa, mis labios en aquellos senos enormes , y su mano acariciando mi concha, Almita sabía mucho de estas artes.- 
Nos fuimos quitando la ropa, menos los zapatos de altos tacones, y Almita me empezó a demostrar que era una tigresa para el sexo, me besó las tetas con tanta suavidad que me hizo calentar al máximo, luego las comenzó a lamer, las chupo, mientras sus dedos me hacían magia en la concha ya estaba entregada, entonces me colocó con las nalgas para arriba, mis piernas temblaban y me lamió la raja, me colocó la punta de la lengua en el culo, hasta hacerme gemir del orgasmo, luego me dio vuelta en la cama , se abrió de piernas , me puso su concha en la  boca , comenzó a moverse en mi boca, la besé , la chupe, la sentí venirse en un orgasmo bestial, entonces sentí que la pija del mentor me cogía el culo, con fuerza con ganas me enloquecí, me moví, gritaba, dame más viejo degenerado, yo estaba loca de calentura, pero sabía que mi culo lo ponía, sin embargo cuando estaba segura que iba a descargar todo en mi culo, Almita, se interpuso, le agarró la pija , se la colocó en su raja , comenzó a mover las caderas con sensualidad , entonces el mentor se fue en un gran chorro de leche adentro de la concha de aquella mestiza divina.- Desde ese día Almita sabe que puede conmigo y con el mentor.- , El mentor nos coge a las dos cuando quiere.- es un gran viejo.-