Asalto al restaurante
Fecha: 08/03/2020,
Categorías:
No Consentido
Tus Relatos
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEroticos-Gratis
Las noches de los miércoles de desestrés en el restaurante Altata, Mariscos Sinaloenses, en Monterrey, se pusieron de moda por las cervezas al dos por uno, los camarones aguachiles y música de banda en vivo. El 16 de febrero pasado, sin embargo, la tensión se exacerbó. Un comando de siete hombres con pasamontañas y chalecos de la AFI llegó disparando sus metralletas al aire, robó a los comensales y violó a nueve mujeres.
Sucedió a las 23:55, cuando había más de 100 personas. La alegría de aquella noche se convirtió en tragedia. La banda dejó de tocar El baleado cuando entraron los encapuchados. Algunos clientes aprovecharon esos primeros segundos de confusión y griterío para huir. Durante unos minutos hubo un silencio aterrador que se rompió con las primeras órdenes a punta de metralleta: ¡Todos al suelo. Celulares, carteras, bolsas!
Dos recogían el botín mesa por mesa. Luego vino lo peor: Las mujeres al otro lado. Los hombres se quedan aquí, ordenó el líder. Una pareja estaba escondida debajo de la mesa. El encapuchado tiró el mueble y agarró a la mujer mientras su novio se resistía a soltarla. Luego le apuntó a la cabeza con la metralleta y le espetó: ¡Suéltala, cabrón, o te mando a la verga! El joven finalmente la dejó ir. ¡No, no, no!, gritaba ella, mientras se la llevaban.
La escena desgarradora de la separación de las mujeres se repetía. El peor presentimiento se cumplió cuando llegaron a la parte trasera: ¡Quítense la ropa! ¡Toda la ropa!, les dijeron. Ya ...
... desnudas, los delincuentes fueron escogiendo. Se las llevaban a los baños o a la cocina y las iban violando sin importar que otros vieran. Los siete encapuchados hicieron lo que quisieron.
El restaurante es una cantina al aire libre en una palapa con lonas de plástico para resguardar a los clientes del frío. Quienes estaban sentados en las orillas pudieron huir mientras los delincuentes consumaban la agresión sexual y organizaban la rapiña, que incluyó 70 mil pesos de la caja. Al terminar hicieron una advertencia: Aquí tenemos sus celulares y las credenciales de elector. El que se atreva a denunciar se lo lleva la chingada y a su familia también.
Sonó un teléfono Nextel. Uno de los agresores se acercó al joven que lo llevaba y lo golpeó con el arma en cabeza y costillas: Las llaves de los carros, exigió nuevamente el líder. Fue cuando eligieron los vehículos que se robaron tras ser identificados por sus dueños.
Un grupo de encapuchados salió entonces de la parte trasera con varias mujeres desnudas. ¡Vámonos, súbanse!, les gritaban mientras ellas lloraban. Algunas prendas íntimas quedaron tiradas en el lugar. También había manchas de sangre: Por aquí pasaron corriendo como tres o cuatro muchachas. Se pararon en la avenida Revolución y luego se subieron a un taxi. Iban llorando, comenta un testigo.
El bar, ahora clausurado, está en la colonia Rincón de la Primavera, cerca de la avenida Revolución. Ha pasado una semana desde aquellos hechos. Son las 10 de la noche y el ambiente es ...