CONFESIONES ENTRE UNA MADRE Y SU HIJO 2 - Relatos Eróticos

CONFESIONES ENTRE UNA MADRE Y SU HIJO 2

Segunda parte de esta historia CARMEN: Tras recuperar el aliento me metí al baño, me cambié con lo primero que encontré y salí a caminar para despejar mi mente. La verdad es que me había encantado lo que me había hecho, el toque de sus caricias, sentir sus labios succionando mis pezones como cuando era un bebé, labios que aún conservaban la ternura. Pero debía calmarme. No estaba bien. El celular sonó, volviéndome a la realidad. Era mi hijo, estaba preocupado por mí. Dijo que me quede donde estaba y me recogería. IVÁN: Mi fantasía se había hecho realidad. Pero mi madre parecía sentir culpa: Luego del coito se había metido al baño a lavarse, se vistió rápidamente y salió con prisa. No la seguí. Sentí que debía meditar las cosas y yo también. Me bañe y luego salí a buscarla. Días previos había hecho arreglos para quedarnos en una casa campestres llena de lujos y comodidades, a menos de una hora. Así como alquilé un auto para esa fecha. Era la sorpresa que había preparado desde antes que mi madre viniera. Cuando la pasé a recoger en el auto se veía hermosa con su cabello atado bien sujeto y atado por un collet en una cola de caballo, con un overol de jean con una camiseta manga cero. Era una forma de vestir casual, de la que no estaba acostumbrado a ver en mi madre. CARMEN: Mi hijo llegó en un coche, me dijo que íbamos a pasear para que me relajara. Durante el viaje mantuvimos el silencio. Es obvio que ambos pensábamos en el coito y el cómo sería nuestra relación, pero ...

... ninguno de los dos quería hablar de eso. Pasamos por una pequeña ciudad que parecía ser para fines turísticos con bares y discotecas Llegamos a una casa campestre, me dijo que es la casa de los padres de un amigo y no volverían hasta dentro de tres días. El sol brillaba y era un calor bochornoso. Por ser día de semana estaba vacío. Mi hijo había traído mi maleta con mis cosas, la habitación solo contaba con una cama King size y baño con jacuzzi, la casa contaba con piscina. Primera vez que veía un jacuzzi, cuando me acerqué resbalé y caí dentro. Mi hijo fue rápidamente a socorrerme. La tira de overol se habían salido y la ropa transparentado pudiéndose ver mi pezón marrón. Mi hijo lo miró embobado, lo cual me excitó. Pero recuperé la cordura y le pedí que saliera mientras me mudaba de ropa. Le dije que no tenía traje de baño. Así que me llevó a una tienda donde los vendían. Quería un traje de baño de cuerpo entero. Sin embargo, a pesar de mi tamaño pequeño, que podía usar prendas para adolescentes, mis tetas y culo eran grandes para mi tamaño; por lo que lo único que se ajustaba era un bikini. Fue lo que me dijo la vendedora. Fui a la habitación a probarme el bikini, pero me daba vergüenza caminar hasta la piscina con él. Aunque no haya nadie. Me puse un pareo . Me lo quité en la entrada de la piscina y al verme mi hijo poseía una mirada de lujuria. Pude ver su gran erección a pesar que estaba dentro del agua. IVÁN Cuando mi madre se quitó el pareo pude ver los pelos de su chocho ...