LAS VACACIONES - Relatos Eróticos

LAS VACACIONES

Pedro, mi amigo y compañero de trabajo, me invitó a pasar nuestras vacaciones en su casa en el Sur. Habíamos disfrutado solo dos días de su linda familia y los lugares cercanos, cuando recibimos una llamada urgente de nuestro jefe; debíamos regresar de inmediato pues algo muy grave había ocurrido.Buscamos pasaje en cada empresa de bus no encontrando en ninguna. Fuimos a ferrocarriles y nos pasó lo mismo; Un hombre joven que nos escuchó nos dijo: "nosotros salimos esta tarde en un tren carguero, pero la cabina es pequeña solo  para el maquinista y yo, pero llevamos a la cola una vieja locomotora, no sé si se pueden acomodar ahí". Fuimos a verla, la cabina era pequeña y tenía una silla metálica para el maquinista, aceptamos de inmediato. Compramos  algo de comer para el viaje y unos regalitos para los dos maquinistas, nos subieron a la cabina, cerraron la puerta y emprendimos el viaje.
Jugamos a la suerte quién se sentaba en la silla primero y me tocó a mí; de inmediato le hice una seña a Pedro tocándome las pierna para que se sentara también, Pedro no se hizo de rogar y se acomodó quedando muy pegados los dos. El tren viajaba a buena velocidad y disfrutábamos del paisaje, como a la media hora de viaje me dí cuenta que con el movimiento de el tren y el calor de las nalgas de Pedro,mi pene estaba muy parado y muy duro y además se había metido medio a medio entre las nalgas de él, también noté que Pedro no dijo nada, al contrario se dejaba llevar por el movimiento, y era ...

... imposible que no lo notara a través de la delgada tela de nuestros busos deportivos y yo no usaba ropa interior; entonces deslicé mi mano hasta su rodilla y la subí lentamente acariciando su pierna, no dijo nada, se quedó muy quieto, llegué hasta su pene y lo tenía muy duro, se lo sobé, lo froté muy despacio, él comenzó a suspirar muy despacito, entonces se lo saqué y le comencé a masturbar, luego lo puse de pie, le bajé el pantalón y comencé a acariciar sus morenas y redondas nalgas,era muy lampiño, se las besé, les daba suaves mordiscos y mi lengua buscó su bonito y rosado ano, jugué ahí un buen rato metiendo la punta de mi lengua y colocando mucha saliva para lubricarlo,él entonces se dio vuelta y tomando mi pene se lo llevó a la boca y comenzó a chuparlo y a tratar de tragárselo entero, lo detuve, no quería acabar aún,  le tomé por las caderas y lo atraje hasta mi pene, él apoyó sus manos en el parabrisas y le metí la cabeza que entró con algo de dificultad  arrancándole un gemido de placer, pero el tren le jugó una mala pasada pues hizo un brusco movimiento y un tirón que sentó a Pedro de golpe en mi pene que se metió por completo en su húmedo y estrecho ano, un quejido y un apretón de sus nalgas me indicó que le había dolido, para mi fue mucho, comencé a darle con todo y él ayudaba con movimientos ondulantes y diciéndome lo rico que estaba, acabé muy largo, llené el interior de Pedro de toda mi leche, el la recibió con gemidos de placer; nos quitamos los pantalones, tomé el ...