Andrea (II)
Fecha: 08/09/2017,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... nada importante, al salir comentamos la película, mientras comíamos algo liviano. El único contratiempo fue que al llegar a la estación de tren ya habían cancelado dos trenes anteriores por una huelga de señaleros y la central estaba repleta de gente y en los andenes no cabria un alfiler. Logramos ascender y estuvimos demorados media hora mas, antes de salir se corto la luz dentro del vagón y quedamos en penumbras, con tanto movimientos y empujones, quedamos cerca de una puerta que comunica con el vagón continuo. Mi novia quedo abrazada por su mama como protegiéndola y yo que tras de ella, no habia pasado ni la primera estación que me vi obligado a colocar una mano en su cintura. - Sos vos Claudio? -Sí como están. - Bien. -Y Andrea. -Acá... estoy bien, apretada y con sueño. Con el amparo de la oscuridad fui, poco a poco apoyándome en la hermosa colita de la madre de Andrea me fui animando cada vez mas, a la vez que sentía que ella hacia recibo de ello sin decir una palabra. Después de la segunda estación que paramos en la cual subió mas gente, la situación me daba excusas ante cualquier protesta, pero como no las hubo y yo estando bien exitado, al estar tan unidos que su pollera ya se hundía metiéndose entre sus nalgas. Queriéndolas sentir mas y dada su pasividad me arriesgue a comprobar si era realmente aceptación. Me baje el cierre cubierto por la gente y la oscuridad reinante y comencé a frotármela entre sus nalgas, pronunciando los vaivenes del tren, ella contrariamente ...
... a lo imaginado aproximo mas su cola dejándose deliberadamente apoyar y librándose a disfrutar con mucho disimulo, cruzando algunas palabras con su hija. Me di cuenta de su calentura por que apoyo su mano sobre la mía que la tenia en su cintura. - Estas bien Claudio? - Si Irma no se preocupe cuídeme a la nena. - Como fuera mi hija. Mientras intercambiábamos palabras nuestros cuerpos pujaban por estar mas cerca. Al pasar la cuarta estación, no pude mas y le fui levantando su falda hasta que parte de su ruedo quedo a la altura de mi estomago y mi pija quedo sobre su bombacha y entre sus nalgas. Por los movimientos del tren pude pasarle mi pija por sus cachetes, quedando en ese entonces, piel con piel lo cual aumentaba su desenfreno, dejándosela pasar calladita sin una palabra, como si fuera una colegiala que es manoseada por primera vez por entre las piernas. En la quinta estación, me la tome con mi mano y se la pase por el lado interior de sus piernas, ella sintiendo esa carne caliente, entreabrió las piernas un poco, permitiéndome llegar a su pubis y hacer presión por sobre su bombachita blanca, eso sucedió varias veces, el tiempo para mi era interminablemente delicioso. Pude sentir lo mojada que estaba la zona por sus flujos, al faltar una estación para bajarnos, volví a colocársela entre las nalgas y la fricción de ambos cuerpo llego a ese camino natural, que culmino con mi descarga copiosa, abundante de semen, entre su bombacha y pollera. No pude desaprovechar la ocasión, ...