Desafío de galaxias (capitulo 48)
Fecha: 30/11/2017,
Categorías:
Grandes Series,
Autor: calvito, Fuente: CuentoRelatos
... cuatro de los sistemas secundarios. —Fantástico. —Tengo pendiente una comunicación con el general Esteban, pero he pensado que querrías hablar tú con él. —Si, si, vamos, —dio media vuelta y se dirigió a la salida del puente—. Gracias capitán por dejarme ocupar tu puente. —¡Joder!, Marisol, estás en tu casa. Las dos entraron en la sala de operaciones, y Marisol de sentó en su sillón. —¿Hay alguna novedad? —No mi señora, las operaciones siguen el curso previsto. —Pásame al general Esteban a mi pantalla, —el rostro de Paco Esteban apareció en la pantalla. Estaba en el puente del Ares. —Paquito, cariño, ¿qué tal? —Muy bien nena, adaptándome todavía a la nueva situación. —No digas bobadas ¿a que te tienes que adaptar? —Esto es muy distinto a Magallanes, es otra historia. —Y estás perfectamente capacitado para llevarla a cabo. —Por supuesto, pero está operación es demasiado importante; tal vez, deberías haber nombrado a otro… —¿Estás cuestionando mis decisiones? —preguntó Marisol con una sonrisa de afecto a su amigo. —Sabes perfectamente que no. —Pues cambiemos de tema. ¿Cómo van las cosas? —Como estaba previsto, los informes de J. J. son exactos. Destruida la flota enemiga, ahora estamos apoyando el despliegue de Bertil, calculamos que en un par de días todos los sistemas estarán asegurados. —Perfecto, ahora queda lo más peliagudo. —Bueno, pasar más de mil naves por el Páramo no ha sido moco de pavo: se consideraba imposible, y estamos aquí. ¿Dices que lo que queda es lo más ...
... peliagudo? ¡Vale! Tú solo dime donde quieres que vaya e iré. —¿En cuánto tiempo podréis poner en marcha la segunda fase? —En una semana estaremos listos, a la espera de tus ordenes. —Lo demoraremos un poco más, quiero que continúen las operaciones en los otros frentes. —De acuerdo. —Siento que no puedas estar con Aunie, pero tuve que tomar una decisión rápida y ahora no quiero moverla más. Además, está haciendo un trabajo fantástico. —No te preocupes, ya hablo con ella cuándo puedo. —Perdonad que os interrumpa, —intervino Anahis y mirando a Marisol, añadió—: el presidente quiere hablar contigo; sin falta. —Te dejó nene, que el presidente quiere tirarme de la oreja. —Un beso. —Un besito a ti también, —miró a Anahis y la dijo—: pásamelo. —Mira Marisol… —dijo el presidente nada más verla. —Señor presidente, no me voy a acercar a la zona de combates, se lo prometo. De hecho, estamos en el Páramo, a cuatro horas de Jairo. —No te pongas a la defensiva que no te voy a dar la charla… aunque debería: yo pensando que estabas por aquí, y resulta que estas por allí. —Lo siento señor presidente, pero no quería que se supiese, no se lo dije a nadie. —¿Ni a mí tampoco? ¡Joder! Que no soy un espía. —Ya lo sé señor presidente, —respondió riendo. —Bueno, a lo que vamos. Tengo que decirte algo, y te vas a cabrear. —Pues entonces no me lo diga. —¡Qué cachonda eres! He recibido una queja formal por parte del canciller de Maradonia. —¡Joder! ¿y que le pasa ahora a ese imbécil? —Considera que hay poca ...