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Mi hija y el MSN - Parte 4
Fecha: 30/11/2017, Categorías: Incesto Voyerismo Autor: Dark knight, Fuente: CuentoRelatos
... Cristina mientras se arrodillaba ante el joven quien solo negó con la cabeza. Estaba en la luna y su cabeza de abajo había tomado por completo el control. Por mi parte, yo había ya liberado mi verga y me la acariciaba lentamente, mientras veía a mi hija engullirse aquel pedazo de carne con cara de viciosa. Aunque lo negara, había quedado excitada con la plática anterior y se veía que empezaba a disfrutar con su tarea. De pronto, el muchacho tomó una actitud más activa y agarró a Cristina por los cabellos para que sus cabeceos fueran más profundos. Cristina se empezó a ahogar ante tanta enjundia y le empezaron a salir ríos de saliva por la comisura de sus labios. Realmente se la estaba cogiendo por la boca. Finalmente, Cristina tomó un respiro para poder descansar de aquella invasión masiva en su garganta. -Ten puta, ya no quieres más verga, hija de la chingada? – Dijo el muchacho con voz enronquecida. No supe cómo iba a reaccionar ella ante esta actitud tan osada. Me quedé a la expectativa sin saber a ciencia cierta si mi pequeña corría peligro. -Si, si quiero. Dame esa rica verga. _ Dijo adoptando el papel de sumisa y abriendo de nuevo la boca. -Quítate la pinche blusa de mierda. – Le dijo el muchacho. En silencio procedió a quitarse la blusa. No traía sostén. El muchacho le ayudó a levantarse y empezó a besar sus pechos. Primero empezó con uno, luego el otro y finalmente los dos al mismo tiempo. Cristina gemía de placer mientras sus pechos eran succionados por esa boca ...
... ansiosa. -Quítate el resto de la ropa. – Le exigió el joven pizzero. Cristina aún en silencio se quitó el short y su ropa interior quedando desnuda frente al sujeto. Verla ahí desnuda enfrente del tipo, con su linda mata de vellos oscuros adornando su rajita me hizo sentir un ramalazo de placer tal que tuve que apretar el pene con fuerza para no eyacular. Estaba tan excitado como ellos. El tipo acercó una silla y le ordenó que se sentara. Ella obedeció y él se abalanzó a comerle su conchita abierta como un manjar exquisito a su disposición. Al principio sus gemidos eran quedos pero a medida que el joven seguía dándole sexo oral, sus gemidos se volvían mas intensos al punto que temí que se llegaran a escuchar con los vecinos. De pronto ella se quedó inmóvil en la silla, con los ojos cerrados y sus labios fuertemente cerrados. Estaba disfrutando de un prolongado orgasmo ante los embates de la lengua del afortunado joven. -Te viniste verdad putita? -Si. – Dijo ella quedamente. -Quieres que te coja? -Si. Repitió ella con la misma voz. -Pídemelo. -Cógeme por favor. -No me convences. Tienes que intentarlo mejor o te voy a dejar así… -No, no te vayas. -Entonces hazlo -Cógeme por favor. Méteme esa rica verga tuya. -Así vas muy bien. Sigue. Porqué quieres que te coja? -Porque me gusta mucho tu verga, cógeme te lo suplico. Necesito sentirte dentro de mi… -¿Porque eres qué? -Soy una puta? -Si. Dilo fuerte. -Ay, si, soy una puta y quiero que me la metas toda -Más fuerte. -Soy tu puta, méteme ...