La secretaria de mi esposo
Fecha: 30/11/2017,
Categorías:
Confesiones
Autor: candy, Fuente: CuentoRelatos
... seguía corriendo. A veces, llevada por mi imaginación y fantasías, cuando hacía el amor con mi esposo me lo imaginaba con Jenny y eso me excitaba mucho. El solo en la oficina, y cogiendo los grandes senos de Jenny y chupando hasta enloquecer. Me excitaba tanto que me daba hasta vergüenza decirlo para que él no me dijera que estaba loca. Pasó un buen tiempo y Jenny dejó de trabajar con mi esposo, y no volví a pensar en el asunto, hasta que una de estas tardes, ahora en mas confianza y experiencia en contarle a mi esposo mis fantasías, le mencioné a Jenny. “Sabes cuál es una de mis fantasías contigo?, Le pregunté. “Verte con otra mujer, más joven y con grandes nalgas y tetas como sé que te gustan. Tetas así jugosas para que las chupes y culo grande para que metas el pene por atrás”. “A si?”, me dijo: “no me lo habías dicho, si no lo hubiera hecho”. Yo le dije, “pues la verdad es que siempre fantaseé que te cogieras a Jenny. Nunca viste como te miraba? Tenía una mirada de picara cuando se agachaba a entregarte papeles en tu escritorio. Y luego cuando te abrazaba se te pegaba mucho. Como que tenía ganas de que te la cogieras. De hecho me pregunto una vez que si no te gustaba verme en ropa íntima sensual como el hilo?”. “Si?”, me dijo él, “la verdad es que me tenía caliente”. “Wow, nunca lo diste a notar?” Le dije. “No me digas que paso algo? Cuéntame, que me estas excitando”. Mi esposo entonces me dijo: “No te vayas a enojar, pero la verdad es que varias veces me abrazaba de ...
... repente para decirme como me admiraba por ser un buen jefe con ella. Me metía los senos en mi pecho y se le sentían duritos y parados. Y su vagina, la sentía cerca de mi pene y me excitaba tanto que se me empezaba a parar. Ella creo que lo sabía, porque me miraba y sonreía así pícaramente y paraba la cola moviendo la cadera para que la viera cuando salía de mi oficina”. Estaba rica! Yo me sorprendí, pero le dije a mi esposo que me siguiera contando porque me sentía caliente; celosa, pero rico y quería saber más. El continuo con su relato. Un día, llego con un pantalos de vestir, tan apretado que se le veía todo el pussy bien marcado y metido, y ella vio que mis ojos se fijaron allí y solo sonrió. Cuando se voltio, se le veía sus nalgas paradas y sin calzón. Yo estaba sentado así que no vio como se me paro el pene, pero hasta me latía, tanto que tuve que ir al baño de mi oficina y pajearme. No pasó mucho rato, cuando regresó Jenny a volverme a excitar, ahora reclinándose en mi escritorio y parando la cola. Sus tetas se veían ricas, y la blusa estaba algo desabotonada, así que se veía el encaje de su brasier rojo. Me daban ganas de chupárselas y acabar así. Mi pene se volvió a hinchar y me puse algo nervioso, así que trate de evitar la mirada, pero ella no se iba. Jenny se paró, y como yo estaba sentado, le vi su pussy marcado en el pantalón y ella se dio cuenta que la ví y solo sonrió y me miró a los ojos. Sin duda ella me vio excitado y entró al baño de mi oficina y me dijo, “me ...