Noche en la Ciudad - Relatos Eróticos

Noche en la Ciudad

... tiene casi movimiento, el hombre al verlo ríe, lo suelta y comprueba que lo tiene ya a su merced.
Al confirmarlo lo desnuda de la cintura para abajo, él es un niño delgado, no muy alto para la edad que aparenta, pero de unas bellas piernas delgadas pero bien formadas y unas nalguitas chiquitas pero muy redonditas y paraditas. El hombre lo acomoda empinándolo sobre otra barda no terminada y que  deja al niño justo a la altura precisa de la verga del hombre estando de pie atrás del niño con las piernas colgando, el niño sigue quejándose entre balbuseos pero sin tener casi movilidad alguna.
El hombre escupe justo al culo del niño, después toma saliva de su boca y la unta a lo largo de su gran verga, alcanzo a distinguir que es muy larga y aparentemente algo gruesa. Se coloca justo atrás del niño, apunta su verga y sin piedad empieza a dejarse ir dentro del niño.
El niño solo gime y se queja sin poder articular palabra alguna, el hombre sigue su embestida, sonríe y se escucha su respiración muy pesada, de repente después de unos cuantos minutos se queda quieto y le dice “Ya vez, ya la tienes toda adentro”, mientras del niño solo se escucha un pequeño chillido y se nota un leve movimiento de sus piernas que aparentemente tiemblan, enseguida comienza a bombearlo, primero lento y poco a poco va aumentando la velocidad. Por el movimiento se ve que le gusta salir casi todo del interior del niño para de golpe dejarse abrir pasó hasta el fondo del interior del pequeño niño. ...

... Así estuvo buen rato, no vi el reloj jamás, pero calculo unos fabulosos 20 minutos cogiendo a aquel hermoso pequeño. De repente el hombre lo coje más duro y después de unas cuantas estocadas a aquel antes pequeño culo ya totalmente abierto se deja ir recargando todo su peso, el hombre gime, se sacude y festeja su triunfo, el niño en cambio ya medio conciente solo llora y gime dando muestras de un gran dolor que indudablemente proviene de su antes pequeño culo ahora total e indudablemente abierto.
El hombre se retira, limpia su verga y sube su ropa.
Yo con una calentura tremenda al haber presenciado aquel fantástico espectáculo que acabo de ver, pienso en que en cuanto se vaya aquel hombre yo le daré la segunda cogida al niño sin importar que este abierto y con rastros del semen de aquel hombre, pero para mí gran sorpresa el hombre se acerca al niño le pone algo en el culo, yo supongo que un gran pedazo de papel, le acomoda la ropa y alcanzo a escuchar que le dice que es un gran culo como para no aprovecharlo por mucho más tiempo, carga el hombre al niño fijándose de no ser visto por alguien al salir del lugar, de aquellas tapias, toma camino, da vuelta en la siguiente calle y se pierde cargando al niño ... Qué fue de él, cuánto tiempo más lo disfrutó, solo él lo supo, lo que sí es seguro es que el niño sufrió por mucho más tiempo el embiste rudo de aquel hombre de gran verga ... Y el hombre disfrutó por mucho más tiempo aquel pequeño culo que de seguro dejó cada vez más ...