Mi hija y el MSN - Parte 1
Fecha: 04/12/2017,
Categorías:
Incesto
Sexo Oral
Autor: Dark knight, Fuente: CuentoRelatos
Antes de comenzar debo aclarar que la parte inicial del relato, la parte 1 no es de mi autoría. Desconozco quien lo escribió pero me gusto la propuesta y esperé la secuela que nunca llegó así que decidí escribir las otras dos partes por mi cuenta. No pretendo quitar el mérito al escritor original del relato, sólo tratar de cerrar lo que seguramente pudo haber ocurrido con Cristina y su lujurioso padre. Una vez aclarado el punto, prosigamos. Para mí, lo más difícil a la hora de escribir un relato siempre ha sido cómo empezarlo, qué contar. En esta ocasión como en otras muchas, creo que lo mejor será presentarme. Mi nombre es Ricardo, 42 años, casado, con una hija. Contrariamente a muchos de los hombres que escriben en esta página, no soy nada sorprendente. Es cierto que mido 1’80, soy rubio y tengo ojos azules. Sin embargo también Enrique Sanfrancisco es rubio, delgado y con ojos azules y no es ningún Adonis. Tengo el cuerpo normal de un tipo de 42 años. Aun no me ha salido la famosa tripa, pero algún día saldrá. Intento hacer deporte a menudo para retrasarla lo más posible, pero de vez en cuando, sobre todo después de Navidades y verano, hace sus intentos por aparecer. Como digo, soy un tipo muy normal. Padre de familia, abogado, serio en el día a día… Trabajo en una firma de abogados en Madrid, con bastante responsabilidad, y, por qué no decirlo, con un muy buen sueldo. En realidad, nadie que me conozca podría pensar que me encanta esta página y sus relatos, sobre todos los ...
... de dominación, no consentido y filial. Mi mujer se llama Patricia, 40 años, azafata de una importante compañía aérea. Ella sí que está bien, sobre todo porque con la ayuda del quirófano ha podido retocar aquellos defectos que con la edad terminan apareciendo. Castaña, 1’69, pechos operados (talla 100) y vientre plano (también operado). Como he dicho, ella trabaja como azafata. Desde hace años hace la ruta España-EEUU. La rutina de horarios que tiene es 15 días de vuelos, 15 días de descanso, por lo que únicamente está en casa durante medio mes. Al principio no había problemas, la relación era buena y ninguno sospechaba del otro. Pero poco a poco las cosas cambiaron. Se alquiló un piso en NY con otras azafatas (eso me dijo por lo menos), ya no llamaba tanto a casa para hablar con nosotros y pequeñas cosas similares que me hicieron sospechar. Yo por mi parte, ante las largas ausencias de mi mujer, empecé a ver que había un mundo fuera del matrimonio. Sin embargo no me decidía a dar el paso definitivo. Un sentimiento de culpabilidad me invadía. ¿Y si eran suposiciones mías? ¿Y si ella era fiel? Finalmente un día me decidí y contrate a un detective. Tras cuatro días de seguimientos, el informe que me mandó fue contundente. Mi mujer, cuando estaba en EEUU, hacía vida de soltera. No tenía una relación consolidada con ningún hombre, sino que un día estaba con uno y al siguiente con otro. El informe venía acompañado por un reportaje fotográfico muy explícito. Os dejo una muestra para ...