1. La mujer del disidente (01) El arresto


    Fecha: 06/12/2017, Categorías: Voyerismo No Consentido Autor: Senatore33, Fuente: CuentoRelatos

    ... alguna vez salía a correr desde el trabajo, al menos en la cárcel le resultaría más cómodo que el traje de falda y chaqueta que llevaba. Al rato volvió Kike, pero para su sorpresa, lo que el chico traía de la mano era no era su chándal, sino su vestido azul clarito, con un estampado de flores. Había olvidado por completo que lo tenía ahí, y desde luego, de entre la ropa que había en la taquilla Kike había realizado la elección más maliciosa. Era un vestido veraniego de lycra ligeramente por encima de la rodilla, y no se lo solía poner para ir a trabajar, pues se le ajustaba bastante al cuerpo y lo consideraba demasiado provocativo. Para más inri, en vez de entregar el vestido directamente a su profesora, Kike se lo entregó al inspector, quien lo mantuvo entre sus manos a la vez que le ordenaba a Amalia comenzar a quitarse el uniforme. Amalia titubeó, pero sabía que antes o después tendría que quitarse la ropa delante de todos los asistentes, así que se quitó la chaqueta y la dejó sobre la mesa. Al hacerlo, pudo ver la cara burlona del inspector, sentado a la mesa y mirándola mientras se desvestía. Amalia tenía que elegir hacia donde colocarse para quitarse el resto de la ropa: detrás sentado a la mesa tenía al inspector, a cada lado tenía a uno de los dos agentes que vestían traje, y frente a ella tenía a toda su clase sentada en sus pupitres. Junto a la puerta de la clase estaban los dos policías de uniforme vigilando que nadie entrara ni saliera del aula sin autorización, ...
    ... y junto a ellos estaba el director, con su secretaria y con el jefe de estudios, los cuales formaban la comitiva que había interrumpido la clase siguiendo las instrucciones de la policía. Antes de que Amalia comenzara a desabrocharse la blusa, el inspector indicó al director y a sus dos acompañantes que despejaran la entrada y se situaran al fondo de la clase. Nadie sabía por qué exactamente el inspector los mandaba allí, pero ante la autoridad que transmitía los tres obedecieron. Entonces Amalia se dio cuenta de la tesitura en la que el inspector la había puesto. Estaba en medio de la tarima y debía elegir hacia donde orientarse cuando siguiera quitándose la ropa. Si se daba la vuelta, mirando hacia la pizarra, allí estaba el inspector, esperando su espectáculo particular. A cada lado tenía a un policía, y frente a ella tenía a toda su clase junto a sus tres compañeros al fondo. A pesar de saber que estaría satisfaciendo los instintos primarios del inspector, Amalia decidió no desvestirse frontalmente ante todos los que la conocían desde hacía años, y se volvió mirando hacia la pizarra y hacía la que hasta ese mismo día había sido su mesa, ahora ocupada por ese impostor. Como no quería mirar a la cara a su humillador, comenzó a desabotonar su blusa beige de su uniforme con su mirada dirigida al suelo. Tras quitarse la blusa la dejó sobre la mesa junto a la chaqueta y dejó su torso vestido tan solo con su sujetador a la vista del inspector. Sus pechos eran grandes, y eso la ...
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