UNIVERSITARIO 5 - Relatos Eróticos

UNIVERSITARIO 5

... para usarla como quien se hace una paja. "Que suerte tiene el cabrón de Pablo. . . A ver si me consigo una cerda como tu para mi solo" De repente se saco la polla de mi boca. Necesité coger rápidamente aire, pues no podía acostumbrarme a esa invasión en la boca. La saliva formaba un puente desde mis labios hasta su capullo que no pensaba volver a cruzar de momento. "Bajate los pantalones y girate". Ah no, eso si que no. Si su polla me había destrozado la boca no quería ni pensar lo que podía hacer con mi culo. Sin embargo no era yo quien para imponer ahí resistencia. Me levantó, me giro y de un golpe seco cayeron mis pantalones. "Jajajaja ja sera verdad que no llevas calzoncillos! Tu es que no sabes decir que no? Bueno, que tonterías digo, si estas aquí con el culo en pompa delante mía". Me abrió bruscamente las nalgas y empezó a mirar. " No soy gay, pero Pablo me dijo que uno de estos coños es mejor que los de muchas tías. Y follar coños no es de gays, así que mientras tu tengas un coñito y no otra cosa, no hay problema". Me empezó a meter un dedo, después otro. No tenia ni idea de lo que tenia que hacer, solo se dedicaba a meterme dedos, cuantos mas mejor, y moverlos de la manera que podía. A pesar de ello mi polla seguía dura. No se aún si era por la idea de que lo ...

... hacia por Pablo, por pensar que me podía estar observando, o por el morbo de que un desconocido me estuviese metiendo los dedos ahí mismo. Quizá una mezcla de todo. De repente, sin embargo, se abrió la puerta y entro alguien. Por el ruidito de las ruedas, debía ser la mujer de la limpieza. Rápidamente me hizo subir encima de la taza del váter, con los pies abiertos a los lados, y el enmedio. Sin previo aviso, me empezó a masturbar. La señora de la limpieza se acerco, y toco a la puerta. "Ocupado!" contestó Víctor, de parte de ambos. La señora se disculpó y empezó a limpiar otra cosa. Instantes después me corrí. Me corrí por todo, manchando mi camiseta y la suya. El también se masturbaba la gorda polla y se corrió aun mas que yo, llenándome la cara entera. Cuando acabó, se me acerco al oído: "la siguiente vez, nadie te va a salvar de que te folle el culo". Se vistió rápidamente, abrió el pestillo, saludo a la de la limpieza y fue tan tranquilo. Suerte que había sido silencioso. Por mi parte, cogí papel para limpiarme, y no pude evitar el impulso de probar su semen. Me repugnaba, pero lo probaría otra vez mas. Rápidamente me cole al baño de al lado para evitar miradas raras, y sali del baño, saludando a la de la limpieza. Me preocupaba saber cuando volvería a ver a Victor