1. MI APRENDIZAJE (Tercera parte)


    Fecha: 21/08/2020, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: Hernando, Fuente: RelatosEroticos-Gratis

    Cuando desperté, sentí que Carlos me estaba acariciando las nalgas. La noche anterior, ambos nos habiamos ido a la cama en pelotas, y, al despertarnos, mi culito descubierto lo excitaba hasta el punto más alto. Él me lo había dicho, en Cusco, el día que nos conocimos : fué mi trasero la parte de mi cuerpo que inmediatamente llamó su atención, mis nalgas muy firmes, bien rebotadas. Los chicos de mi edad, con una colita como la mía, lo hacían empalmar de inmediato. Me confesó que le encantaba penetrarlos, porque los quinceañeros, en mayoría, son todavía virgenes del culo, y él se volvía loco desflorandoles. Desde el principio supe que este hombre veinte años mi mayor quería poseerme, y yo no es que estaba en contra, siendo ansioso por vivir por fin ese momento en que tu pareja te penetra, te mete su pinga en tu huequecito y lo llena con su semilla caliente. Yo quería desde mucho tiempo vivir estos momentos excepcionales. Y que mejor que hacerlo con un tío tan experimentado como Carlos !
    
    Pero desde que vi el tamaño de su órgano, estoy francamente asustado, creo que me haría terriblemente sufrir... Y sin embargo cómo rechazar a alguien tan cariñoso conmigo, que me ha invitado a su casa, que hace de todo para que mi estancia en Lima fuera inolvidable... Y que me enseña tanto en el campo del sexo ! Debe ser capaz, con su experiencia, de cacharme sin partirme el culo. Tal vez incluso me enseñara cómo penetrar a mis amigos sin hacer que griten de dolor !... Sentía que sus manos ...
    ... me rozaban dulcemente las nalgas, siguiendo la curva de mis lóbulos, y desencadenando una extraordinaria sensación de bienestar hasta los finales más extremos de mi piel. Sus gestos delicados reflejaban tanto su enorme cariño por mi, y su intenso deseo de disfrutar de mi cuerpo. Acercó su rostro a mi trasero, y lo pegó en él. Sentía su aliento en mi raja. La rápida aceleración de su respiración traicionaba el crecimiento de su excitación. Me metió su lengua entre las nalgas, y caminó mi raja de un lado a otro, varias veces. Fue la primera vez que alguien me hacía un beso negro. Extendí y abrí mis muslos para facilitar la exploración de mi colita.
    
    Carlos salivaba profusamente para que su lengua se deslizara más facilmenet entre mis lóbulos. Era para mí una sensación desconocida y muy agradable. La punta de su lengua a veces se detenía en mi ojete, y sentía que estaba tratando de entrar en él. Los golpecitos que mi pareja me daba con su lengua estaban particularmente emocionantes... Díios mio, como este hombre sabía dar placer a su pareja !  En serio, sí Carlos tuviera una pinga menos larga, y sobretodo menos gruesa, le rogaría que me penetrara sin esperar más. Quisiera tanto que entrara en lo más profundo de mi ser, que por fin me hiciera suyo !  Nunca antes había querido dar placer a un macho activo, siendo su hembra !...
    
    Carlos de repente interrumpió su beso negro y, levantándose, me explicó que iba a buscar algo en el baño. Su prisa me sorprendió y no hubo el tiempo de ...
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