La drogue para poseerla
Fecha: 13/09/2020,
Categorías:
No Consentido
Tus Relatos
Autor: Somnofilia, Fuente: RelatosEroticos-Gratis
... pensaba.
Supongo estaba nostálgica, probablemente por algún amor dejado en el pueblo.
Como lo esperaba, tanto por el calor, como por su situación anímica, empinó de un solo trago el resto de la cerveza y dramáticamente aventaba a la cama el envase ya vacío.
Apenas había llegado y ya estaba bajando por la segunda cerveza. Esta vez, la abrió y continúo cantando, tomando la botella como micrófono, pasando de esa canción de dolor, a una muy sugerente. La vi moverse y tocar todo su cuerpo con la mano desocupada, subiendose a ratos la playera u observando como contoneaba el culo frente al espejo.
Nuevamente empinó la mitad de la cerveza de un solo trago. Así se redondeaba mi plan. Pacientemente esperaría a que se bebiera 5 cervezas y en la última iría mi poción.
De la segunda cerveza, pasó a la tercera, era claro que tenía la intención de sentir el mareo del alcohol y también que no sabía tomar. Al pensar eso último sonreí maliciosamente. En cuestión de 1 hora había consumido ya 4 cervezas. Se le veía desinhibida, tanto, que me regaló la cereza del pastel. La vi cambiarse y ponerse 4 vestidos muy escotados y muy cortos, su ropa interior lucía tentadora con las curvas que el cuerpo le proporcionaba. Después del cambio por un vestido de un color muy chillón, pero que se le acomodaba al cuerpo no dejando ninguna curva sin revelar. Bajó por la quinta cerveza, escuché sus pasos ya entorpecidos y a ella cantando una canción de reggaeton de una mujer que presumía de su liberación ...
... de la pareja machista y que ahora se dedicaba a disfrutar su sexualidad.
En cuanto escuché que subía sus escaleras, yo comencé a bajar de mi cuarto en dirección a la cocina. Ya llevaba mi plan, el frasco de la pócima y una erección que casi dolía. Saque la última cerveza del refrigerador y con mucho cuidado la abrí, cuidando de no deformar la taparosca. Le vacíe la dosis indicada de las gotas y volví a taparla, tratando de hacer un trabajo a prueba de todo. Mientras metía la cerveza de vuelta al refrigerador, alcancé a ver en la cámara espía como se tomaba, como si fuera un ritual, la mitad del contenido de la botella que acababa de tomar. Fui a mi cuarto con todo el sigilo posible, a esperar el premio mayor...
Nunca me sentí tan afortunado como cuando la vi bajar por la cerveza de la victoria.
Sentí que todo el tiempo se alentaba. Me pareció una eternidad entre el cierre del refrigerador y su llegada a la habitación.
Detalladamente observé como abría la cerveza, la colocaba sobre su tocador, se quitaba toda la ropa y ante mi asombro, se ponía una lencería negra, era un liguero, una tanga, una especie de corsé y sobre esas prendas que le daban un aire de sensualidad enorme, se puso un minivestido negro, escotado, corto, pegado. Como festejando el triunfo, la vi empinarse la botella y nuevamente, vaciar la mitad del contenido.
Pero, esta vez, después de dejar la botella en el tocador y dar una vuelta frente al espejo, vi como se sostenía apenas de una de los pilares de su ...