1. Don Alfredo.


    Fecha: 23/09/2020, Categorías: Primera Vez Tus Relatos Autor: Pedro, Fuente: RelatosEroticos-Gratis

    Corriian de los años 80's, yo con mis 15 años, vivía en un establecimiento hortícola, al sur del conurbano bonaerense. Mi vida transcurría entre ir al colegio y trabajar en el campo. Tenía ya mis hormonas revolucionadas, pero había una cierta inquietud, me gustaban un poco las chicas, pero por otro lado me gustaba juguetear con algún varón, nada serio, los toqueteos comunes que cualquier varón hace a esa edad. Igualmente a mi me gustaba y me calentaba la situación de juguetear con algún peón de mi papá. Siempre disimulando, no vaya a ser cosa que mi papá se enterase que jugaba a tocarme la cola porque me mataba, mi papá como toda mi familia eran homofóbicos, siempre se hablaba con desprecio contra los homosexuales, igualmente yo hacía lo mismo pero me gustaba helechos de calentarme jugando de mano solamente con algún que otro varón especialmente René. Este era un santiagueña de 18 años morocho muy morocho un poco más petiso que yo. Yo para ese entonces estaba en un metro 75 y 70 kilos. Morocho fibroso piernas largas y torneadas cola parada quedaba envidia a cualquier mujer, espejo de la habitación que compartía con dos de mis hermanas, las pocas veces que tenía la oportunidad de estar solo, desnudan el miraba espejo y admiraba mis piernas largas y torneadas mi cola redonda y parada y alguna que otra vez me masturbaba metiéndome algún dedo en la cola. Mi papá tenía muchos peones, y también eventualmente algún juicio laboral. Para sacarlos de esos problemas, tenía un ...
    ... abogado de la capital , de nombre Alfredo. Con el feriado como todos le llamabamos era un señor de 55 años, contextura no muy robusta pero una prominente panza, más o menos de mi altura, pelo morocho canoso, y bigotes gruesos. Es una persona muy culta, que a nosotros nos trataba con mucho respeto y cariño. ven y eventualmente al campo a hablar con mi padre acerca de los juicios que él tenía. Siempre paternalmente me acariciaba la cabeza y me decía que un día tenía que ir con él a la capital a conocer la calle corrientes el obelisco los cines etcétera, qué íbamos a salir con sus otras dos hermanas qué vivían con el. El risueñamente se auto llamaban el sindicato de los solterones, porque tanto él como sus dos hermanas ninguno se había casado y vivían los tres juntos en un departamento cercano a al barrio de once. tenés que venir un día Marquitos vas a ver qué bien lo vas a pasar, mis hermanas son muy macanudas también, te venís conmigo un viernes a la noche y el domingo a la tarde te traigo de regreso, vamos a la pizzería cines teatros y otros lugares hermosos que tiene la capital. Me fascinaba mucho todo esto que me decía Don Alfredo. Una tarde noche veníamos con René caminando siempre haciendonos bromas, y por ahí cuando nadie nos veia, alguna mano se perdía en la cola del otro. Tanto jugamos esa nochecita con René, mirábamos y no veíamos a nadie, el me insistía que yo le mostrara la cola, mire para todos lados, y me bajé hasta debajo de la cola el pantalón de gimnasia que tenía ...
«1234»