1. El reencuentro tórrido con Agica


    Fecha: 10/12/2017, Categorías: Incesto Autor: Barquidas, Fuente: CuentoRelatos

    ... ¿Una zorra a la que desvirgar y luego olvidar? Yo te amaba, hijo de puta. Te quería con locura. No sólo eras mi hermano, eras mi amor. Y de la noche a la mañana, me hiciste ver que sólo me quisiste para joder conmigo. No fue culpa mía. Recuerda que fue a mí a quien echaron de casa ese día. Y yo la que me quedé embarazada, ¿sabes? Pisé el freno de golpe. El chirriar de neumáticos fue demencial. Detuve el coche en el arcén de la autovía. Las palpitaciones que sentía en el pecho retumbaron en mi cabeza como explosiones sucesivas. Los pitidos de los coches que nos sobrepasaron no hicieron sino sumirme en un estado mayor de perplejidad. ¿Qué acabas de decir? Miraba a Sandra por primera vez, cara a cara. Tenía el cabello despeinado por el frenazo y en su cara aún se reflejaba el susto. Estaba lívida. Se aferraba al cinturón de seguridad como un salvavidas. Se giró hacia mí y me sacudió un tortazo que me lanzó contra el respaldo del asiento. No bien me recuperé del golpe, me sacudió otro. En el mismo lugar. La mejilla me ardía. ¡Estás loco! Casi nos matamos. ¿Qué quieres, morir como papá y mamá? O sea, que soy padre —murmuré pensando en aquellos dos rubiales que su marido cogía de las manos. Aborté, estúpido. Oculté el embarazo como pude. Te busqué. Quería irme contigo. Luego se enteraron. Papá y mamá quisieron que abortara. Creo que no soportaban verme la barriga crecer cada día. Sandra sorbió por la nariz. Estaba llorando. Yo no quise. Porque te esperaba. Ya ves lo idiota que ...
    ... fui. Busqué, pregunté, me desviví por saber de ti. Pero no tenía forma de encontrarte y recé para que supieses de mi horrible destino. Soñaba que volvías a casa y me sacabas de allí. Viviríamos juntos, con nuestro hijo – dijo entre lloros. Alcanzó un paquete de pañuelos del bolso que dejó en el asiento trasero—. Pero, cuando no apareciste, cuando los días transcurrían, amargos, oscuros, creciendo mi barriga, no me quedaron argumentos para postergar el aborto. Joder, joder. ¿Te gusta la historia? Pues hay más. El aborto fue complicado. Era menor de edad y había esperado demasiado. Y tampoco quería abortar. Ninguna clínica quiso hacerse cargo. Ni aún pagando el doble. Pero papá y mamá lo tenían muy claro. Debía abortar. Acudimos a un matasanos sin título ni nada. Fue un infierno porque aquel acto homicida supuso también la muerte de lo único que tenía tuyo, ¿sabes? Ese desgraciado me sacó de las entrañas mi amor. Pero cortó por donde no debía y la hemorragia no cesó. Me desangraba, la vida se me escurría a chorros. En aquel sótano no había transfusiones, no había quirófano, no había higiene. No había nada. Si estoy viva es por gracia divina. O por castigo divino. Quería morirme. No sabía qué decir. La cabeza me daba vueltas. El corazón amenazaba con estallarme. Al final me ingresaron en el hospital. Gracias a Mateo sigo viva. ¿Mateo? Mi marido, idiota. Mateo es mi marido. Le engañamos haciéndole creer que había sido violada. No dijo nada a la policía. Escondió el asunto entre ...
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