El chef
Fecha: 10/12/2017,
Categorías:
Gays
Confesiones
Autor: isra_pleasure, Fuente: CuentoRelatos
¿Alguna vez has ido al dentro de Coyoacán? Si no has ido, se encuentra en la ciudad de México y efectivamente es muy bello, las fuentes, iglesias, centros culturales y por supuesto la comida. Pepe era de ahí, era un chef que sin duda alguna estaba más que bien, parecía un chico sacado de revista, aunque claro era de closet. Pepe era de esos chicos con tez blanca, unos ojitos café oscuro, cabello castaño y una barbita que lo hacía ver muy lindo. Era delgado, guapo y con un falo delicioso. Cabe mencionar que con Pepe no fui a un hotel, ya que él me invitó a su casa. La cita querido corazón, fue un domingo por la tarde ya que sus papás no se encontraban en casa. Tomé un taxi y llegué alrededor de las 19:00 horas hasta la puerta de su vivienda. Él me recibió con un fuerte abrazo ya que llevábamos algunas semanas conversando por WhatsApp, pero debido a sus viajes no podíamos vernos, y una vez que me tuvo en sus brazos pude respirar el aroma de su colonia mesclado con su olor de hombre. Al entrar a su casa él terminaba de comer y me ofreció una copa de vino y un poco de sushi, yo no lo acepté ya que no suelo aceptar algo sin saber la procedencia. Así que él se apresuró a comer y yo le hice compañía, él era un hombre solo a pesar de tener 27 años. Su casa era muy bella, grande y lujosa, pero sobre todo tenía un jardín bastante amplio y hermoso. En cuanto terminó de comer me tomó de la mano y me llevó hasta su habitación que era inmensa. Pepe cepilló sus dientes mientras yo ...
... tímidamente lo esperaba sentado a los pies de su cama. Cuando regresó me levantó y enseguida metió su lengua experta en mi boca, que esperaba con ansias y reaccionaba muy cortés a sus dulces labios. Por supuesto era más alto que yo, tomó mis nalgas entre sus manos y me atrajo hacia su cuerpo, besó mi cuello, mis orejas y bajó a mi pecho. Me quitó la camisa, desabrochó mi cinturón y trazó una línea de besos desde mi oreja hasta mi pelvis. Desabotonó mi pantalón, tiró con sus dientes de mi ropa interior y sacó mi miembro abultado. Él lo miraba sorprendido, lo inspeccionaba y cerraba los ojos cuando lo olía, lo sentía en sus mejillas y le daba probaditas con la lengua hasta que de pronto lo absorbió todo, lo tragó con fuerza provocándole arcadas y con sus manos tiró de las mías para que las colocara detrás de su nuca y siguiera el movimiento. Al parecer le gustaba que lo asfixiara con mi mano y mi pene, le gustaba sentirlo en su garganta y yo por mi parte sentía su campanilla rozar el tronco de mi pene. No terminé en su boca a pesar de que me la chupó por mucho tiempo, pero después él me separó las nalgas y metió sus labios y su lengua caliente en mi trasero estrecho, al igual que metió su nariz en mi ano para provocarme un placer diferente mientras con otra mano alcanzó mi pene para poder masturbarlo Era mi turno de brindarle placer y retribuirle lo que él había hecho por mí, así que lo tiré en la cama, lo monté y comencé a quitarle su ropa, toda, sin ropa interior y cuando vi su ...