Los convivencia con la ex alumna- parte 1
Fecha: 12/11/2020,
Categorías:
No Consentido
Tus Relatos
Autor: juan bedeseme, Fuente: RelatosEroticos-Gratis
... y ya estaba volviendo, decidi, por ninguna razon en particular, pasar por la escuela. Ya estaba anocheciendo, ya no habria nadie, pero pase igual a recordar tiempos mejores. Vi la escuela y segui.
ERa una camino de tierra, de un lado una cancha de futbol, del otro unas vias, y mas alla unas casas de baja calidad. Habia iluminacion, pero la mayoria de las lamparas estaban rotas, los chicos debian haberlas roto a piedrazos. Iba en mi auta y la veo de atras, iba caminando, con una calza azul, remera blanca y zapatillas, era Mayra, sola caminando por el barrio. PAse por al lado, y mire por el retrovisor, para confirmarlo y era ella. Estaba un poco mas alta, su cara un poco mas alargada, su labios estaban mas carnosos, seguia delgada, y habia cambiado el peinado, seguramente varias veces en estos años.
Mi corazon latia, segui unos cuantos metros, y pare el auto en un lugar donde no habia luz, no se por que hice lo que hice, pero algo me decia que tenia que hacerlo. Deje el auto prendido, me pase al asiento de atras, abri la puerta y espere. Mayra paso por al lado de mi auto, sin siquiera pensar en que algo pasaba, cuando la vi, salte del asiento, con una mano la agarre de la ...
... cintura, y con la otra le tape la boca. Ella quiso gritar pero no pudo, la tire al asiento de atras del auto y me subi encima de ella. SE retorcia y hacia mucha fuerza, pero era en vano, ademas yo estaba en un buen estado fisico. Sentir su boca mi mano, fue una sensacion muy fuerte, cuando estaba encima de ella, apoye mi verga en su culo, no pude contener la ereccion de ese momento. Con la mano que izquierda, la que tenia en la cintura, busca la caja de herramientas y saque un trapo sucio, y se lo meti en la boca, fue muy dificil y su boca era chica, despues lo asegure con cinta adhesiva, que tambien tenia en la caja, le di varias vueltas a la cabeza, sobre la boca, y sin cortar le encinte los ojos. Después me senté sobre ella y le encinte los brazos en la espalda, en ese momento me quede un segundo paralizado, mirando un espectáculo, su culito, firme y marcado, pero no podía perder tiempo, le encinte las piernas, la tire al suelo del auto, y cerré. Me subí al asiento del conductor y salí de ahí. Si alguien pasaba, si alguien de las casas abría la ventana, si alguien iba a la canchita de futbol, no podría haberla raptado, pero los hijos de puta tienen suerte, y yo no era la excepción.