Esclava Rockera (parte 2)
Fecha: 11/12/2020,
Categorías:
No Consentido
Tus Relatos
Autor: juan bedeseme, Fuente: RelatosEroticos-Gratis
Mar acababa de despertar, y pudo darse cuenta que no podía moverse, sus manos estaban atadas a un pasante del techo del lugar, sus rodillas unidas por una cinta adhesiva, también sus tobillos, y un trozo de cinta alrededor de su cabeza le apretaba fuertemente la boca, sentía algo encima de su lengua. Casi colgaba de sus brazos, si no fuera por sus zapatos, con los que lograba alcanzar el piso.
Sabia que debía mantener la calma, reviso el lugar con la mirada y era la cocina de un bar, por los muebles, refrigeradores, hornos, pero no uno que ella conociera, y conocía muchos bares de la ciudad. No lloraba, su mente estaba demasiado ocupada en salir de allí, y volver con su familia.
Por unas escaleras bajo el tipo que la secuestro, llevaba ropa negra, un buzo con una capucha sobre la cabeza, además tenía el rostro cubierto, con un pañuelo y unos anteojos oscuros. Mar no podía ver quien era. El hombre se acercó a ella, que quería hablar, pero no podía y camino lentamente alrededor, admirándola. Mar no entendía que pasaba.
El tipo se paró detrás de ella, y poso sus grandes manos en las nalgas de Mar. Respiraba más fuerte y rápido, siguió recorriendo su cuerpo, sintiendo la fina tela del vestido negro, hasta llegar a sus tetas. Mar, se ponía más nerviosa, no podía creer lo que estaba pasando, por lo que empezó a insultarlo, o al menos intento hacerlo, ya que solo podía emitir torpes sonidos con su boca. Se puso frente a Mar, a mirarla a los ojos, esos hermosos ojos ...
... verdes cargados de odio en ese momento. Cuando ella no pudo sostener la mirada, el tipo la agarro con una mano en su nuca y otra en el mentón, obligándola a mirarlo de frente. Mar estaba más nerviosa que antes.
El hombre salió de la habitación, y Mar seguía allí colgada del techo. Unos pocos minutos después este volvió, y se paró, nuevamente detrás. Mar apenas se podía mover, y no sabía que estaba haciendo ese sujeto a sus espaldas. La incertidumbre, era lo peor, al menos eso creía, hasta que comenzó a sentir, como su vestido se levantaba. Y ahora sentía, la asperidad de esas manos frotándole las nalgas. Mar moría de vergüenza, su cara se ponía roja, nunca se había sentido tan expuesta. Luego el sonido de algo que se cortaba, y se dio cuenta que el hombre estaba cortando su vestido. Quiso resistirse, pero solo pudo sacudir un poco su cuerpo.
El tipo le mostro un trozo de tela negra a Mar, se acercó a su oído desde atrás, y le hablo
- Ahora vas a tener ese culito al aire, todo el tiempo, no quiero dejar de verlo.
Mar, sentía que toda su dignidad desaparecía, ya no se sentía una persona, y sabía que para ese hombre ella solo era un pedazo de carne.
Era una mujer joven, y siempre tuvo que lidiar con acosadores, pero le bastaba imponer su personalidad para que no la molesten. Esta vez eso no era suficiente.
Lo próximo que Mar sintió era como las enormes, y ásperas manos se frotaban en sus nalgas, podía sentir cada cayo, cada dedo, cada raya de la palma, también ...