1. Mis memorias. Primer capítulo


    Fecha: 10/12/2017, Categorías: Grandes Relatos, Autor: Dinamujermadura, Fuente: CuentoRelatos

    Muy buenas amigos como están. Hoy le he querido contar un poco de mi vida, la cual por diversos factores en disfrutado y de qué manera, son varios capítulos que con el paso de los días ustedes podrán disfrutar. Desde muy joven y por circunstancias de la vida. Me empezó a gustar y a sentir esa especie de emoción y arrechura que se siente al disfrutar de tu cuerpo. Nosotras vivíamos en un pueblo del departamento del Tolima llamado Flandes en donde nací, junto con mis 5 hermanas, mi madre costurera de profesión nos sacó a todas adelante, valga decir que no todas somos hermanas de un mismo padre. Pero eso si a todas nuestros padres les toco reconocernos, por lo que todas tenemos diferentes apellidos a excepción de las dos últimas, ya que su papa murió a los dos años de haber nacido la última. Mi papa lo alcance a conocer hasta los 6 años cuando se fue y nunca más se supo de él. Mi madre en esa entonces era muy hermosa tenía varios pretendientes su piel trigueña era muy suave y su mirada la delataba, le gustaba el sexo lo sabíamos todas y no demoro en volver a enamorarse. Yo perdí la virginidad a los 18 años, precisamente con el papa de una compañerita del colegio, un hombre que me encantaba y del cual se sabían bastantes chismes de sus andanzas con muchas mujeres a quienes se llevaba a la cama. Para qué, pero a pesar de su edad la que en esa entonces tenía, 50 años era lo que más me atraía de él, me encantaba imaginármelo fallándose a doña Irene o a doña Sandra o a con quien lo ...
    ... viera salir. Sabia de varias viejas todas en su mayoría casadas a las que el disfrutaba. Es así como empecé a frecuentar a mi compañera Samanta su hija, para hacer trabajos y estudiar pero todo con el fin de verlo. Un domingo que llegue y él salía a comprar lo del desayuno tenia puesta una pantaloneta. Pero a leguas se veía que no tenía calzoncillos dejando ver que algo se le movía dentro de ella. Dejándome con el pensamiento turbio de su pene. Trascurrieron los días y pensando cada vez más en hacer algo para poder estar con él y con mis continuas idas y cuando lo saludaba procuraba siempre dejarme besar en la mejilla y hasta abrazarlo en varias ocasiones, sintiendo su olor a hombre que me derretía. Hasta que un día supe que doña Alcira y Samanta viajarían a la ciudad de Bogotá para hacerse un chequeo médico y comencé labrar mi plan para poder ir a verlo y dejar que la naturaleza haga su tarea. Le preste un libro a Samanta para que ella realizara una parte de un trabajo, y entonces cuando calcule que ellas ya se habían ido, más o menos como al medio día esperando impaciente y con el corazón a toda más de una hora me fui para su casa. Al llegar golpee y él me abrió, sin que me lo dijere entre y ya adentro lo salude abrazándolo y dejándome dar mi acostumbrado beso, me retuve un poquito hay dejándolo sentir mi respiración, él se detalló mi acción y sorprendido se me quedo mirando, cuando me dirigí a buscar diciéndole que venía por un libro que Samanta me tenía, ese día tenía un ...
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