1. Qué manera de tener sexo


    Fecha: 11/12/2017, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... relación lujuriosa con un especialista que empezaba a trabajar a las 9 a.m. y se veían en el consultorio a las 8 a.m. y antes del trabajo el primer sexo, desnudos en las camillas de examen, él le mamaba los senos las apretaba y mordía consistentemente mientras ella se abría y se tocaba la humedad que salía de sus partes íntimas, un líquido cargado de deseo con olor a ganas de ser penetrada, profundamente, movida en su interior, llena su profunda vagina cálida, rosada y afeitadita, sin vellos, así abierta para este hombre se hacía irresistible lo excitaba tanto que en ocasiones lo hacía acabar en su ropa interior pero otras la penetraba tan profundamente que sentía como sus pelotas chocaban con esos labios vaginales sudados y lubricaditos para él. Le dejaba su semen y ambos observaban como se escapaba de ella con las piernas abiertas por sus muslos largos y delgados disfrutando con sus lenguas chocando los rastros de la lujuria. Casi nunca usaba ropa interior, estaba libre para el sexo, mamaba a su jefe el miembro como sólo ella había aprendido, preguntaba cómo le gustaba, la posición más usada para tener sexo con su jefe era de pie, se colocaba de espalda y recostada sobre el escritorio, alzaba su trasero y dejaba ver su bien formado trasero, su vagina húmeda dónde alojaba todo el semen que le habían entregado antes la dejaba ver y se tocaba para usarlo como lubricante, gemía y susurraba que le acabaran, solo esa leche caliente calmaba su deseo extraordinario de sexo, sentía ...
    ... la leche salir, apretaba su sexo y esto no lo aguantaba ninguno de sus parejas, cuando sentían esa presión sobre su sexo erecto no tenían otra salida que acabar y llenarla de semen, se retorcía de placer y dejaba la situación expresa para otra ocasión. Le encantaba entregarse a su jefe, disfrutaba esos 22 cm de miembro en la boca, vagina y ano. Su jefe, adicto al sexo anal, no la dejaba pasar de largo le decía que comparara cuánta leche le daba él y si otros podían abrir ese culo tanto como él lo hacía, no le molestaba, se lo metía despacio, con pasión ya fuera sentada o recostada. Cuándo terminaba con el que tuviera sexo se iba al baño, pero ahí no hacía otra cosa que colocarse una toalla sanitaria de esas día a día y una pequeña panty para sostenerla. No intentaba sacar nada de lo que estaba dentro de ella, eso lo haría el próximo con el que tuviera relaciones en ese día, era su secreto para disfrutar. Durante el almuerzo siempre aderezaba su comida con algo de sexo, según su relación comiendo consistía en dejarse tocar las vagina por debajo del mantel y apretar sus piernas para masturbarse con los dedos de su acompañante. Las tardes y las noches que podía se entregaba a sus amantes, todos estaban extasiados con su deseo, lujuria. Así como tenía sexo tenía la posibilidad y habilidad de decir siempre una excusa para tapar su ausencia o retraso, sus ojos la ayudaban, sus labios decían créeme, te conviene porque si no los celos te matan y tú sabes que me deseas, sus pechos y ...