Suegra atendida
Fecha: 12/12/2017,
Categorías:
Incesto
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... entra mi suegra, sí... ¡mi suegra!, entró a la sala. Mi sorpresa fue muy grande al ver que la mujer que estaba ahí frente a mí no era mi esposa sino su madre. Si mi asombro fue grande el de mi suegra debió ser mayor porque la expresión en su rostro reflejó una mezcla de sorpresa, susto y admiración. Rápidamente cubrí mi verga con mis manos más fue casi imposible pues como les dije mi verga mide 19 cm y es gruesa por lo que aún con mis manos ahí era notoria. Mi suegra volteó rápidamente la cabeza y me dijo ohhh disculpa Raúl no sabía que estabas aquí. Salió inmediatamente hacia su cuarto. Yo no podía creer aún no lo que había pasado, yo desnudo frente a mi suegra con la verga totalmente erecta. Me fui a mi cuarto, cerré la puerta, e iba a ponerme un pantaloncillo cuando la excitación se apoderó de mí, empecé masturbarme furiosamente recordando la expresión en la cara de mi suegra, terminé con una gran corrida que vació por completo mis bolas. Cuando salí de nuevo del cuarto mi suegra estaba en la cocina preparando algo de comer, yo me acerqué y le hablé pausadamente: Doña Mary, quiero disculparme por lo sucedido en la mañana, la verdad no me esperaba que fuera usted la que entraba, pensé que era mi esposa, su hija la que iba entrando. Ella siguió vuelta hacia el lavatorio y así me dijo: - Mire Raúl en realidad la que tiene que pedirle disculpas soy yo, sé que es muy difícil para usted el tener que soportarnos a mi marido y a mí en su casa, sé que hemos venido a limitar un ...
... montón de costumbres que usted y mi hija tenían, así que no se preocupe por mí, yo comprendo que usted necesita tener un poco de intimidad con mi hija, y eso lo pude notar hace un rato. Al decir esto trato de sonreír un poco tratando de hacer menos tensa la situación. - Por lo que está de más que se disculpe conmigo Raúl, yo soy una mujer vieja y aunque mis prioridades ya no son precisamente satisfacer mis deseos sexuales, entiendo muy bien que ustedes los jóvenes sí lo necesitan constantemente, además sé que si usted hubiera sabido que era yo la que entraba, no hubiera estado en tal grado de excitación, ja sería lo último que yo podría pensar, que una mujer de mi edad fuera a causar tal grado de excitación en un muchacho como usted. Ante estas palabras sentí que a pensar de comportarse de una forma muy comprensiva ante la situación pasada, estaba hiriendo mi ego al tratarme como a un muchachito, entonces respondí: - Mire Doña Mary, agradezco su comprensión ante lo pasado pero temo decirle que se equivoca en dos cosas, la primera es que esta muy errada si cree que una mujer tan bella como usted no puede despertar las pasiones de cualquier hombre y la segunda es que se equivoca al decir que soy un muchacho, doña Mary yo soy todo un hombre y no un muchachito y eso usted creo que lo pudo comprobar hace un rato en la sala. Y al decir esto miré directamente a sus ojos. Ella se ruborizó y girando de nuevo hacía el lavatorio de la cocina finalizo: - Está bien Raúl, creo que es mejor que ...