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PLATO REPETIDO
Fecha: 17/12/2017, Categorías: Zoofilia Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
Como anteriormente les contaba, mis dos perritos heran verdaderos maestros del sexo Después de tan linda experiencia con mis perros guardianes, me dediqué un tiempo a su cuidado y los mantenía siempre muy limpios y con todas sus vacunas y controles veterinarios al día, se me hizo una costumbre dormir con ellos al pié de mi cama y en algunas veces subidos sobre los pies de la cama, en aquellos días que tenía de libre y como estaba acostumbrado a ese trabajo me entregaron una pequeña cabaña en uno de los rincones del recinto donde practicamente permanecía casi todo mi tiempo libre. A parte de que me gustaba la zoofilia también me encantaba usar ropa de mujer debajo de las de hombre y siempre me compraba lencerias muy delicadas y suaves. Como cuando permanecía en mi cabaña los perros se iban conmigo, por supuesto nadie hera capaz de acercarse siquiera a mi casa y eso me daba gran privacidad, asi que por lo tanto dentro de mi hogar siempre me vestía de mujercita y me excitaba mucho esa costumbre, en algunas ocasiones dejaba entrar a uno de mis perros y jugueaba con el, cuando me sentaba a comer el se metía bajo la mesa y yo le permitía que lamiera libremente mis entrepiernas hasta dejarme totalmente excitado. En una ocación no aguanté mas y me dirigí al dormitorio y me coloque en 4 al borde de la cama, me bajé mis calzones, en ese momento vestía una camizola de seda negra un corpiño del mismo color y unos calzones tipo tangas, también tenía puestas una medias con liguero de ...
... color negro que hacían resaltar mis muslos blancos y suaves: al momento de dejar mis pompis al aire el perro comenzó a lamer mi culo desesperadamente y su aspera lengua me producía un enorme placer que estremecía todo mi cuerpo, para evitar que me rasguñara el cuerpo tenía siempre preparados unos calcetines especialmente diseñados para que el perro no me dañara y a la vez no fuera una molestia para él que lo distrajese de su excitación; el perro comenzó a excitarse e intentó una montada pero como siempre no le apuntaba a mi ojete, se turnaba entre lamidas de culo y clavadas sin exito, yo ya bastante caliente me dejé caer sobre la alfombra y me abrí de piernas y bajé lo mas que pude mi culito casi al ras del piso, el perro maestramente se metió en mi entrepiernas y me jaló con sus manos por la cintura comenzando un piqueteo que al cabo de un rato me tenía todas mis nalgas chorreando de sus jugos mi hoyito permanecía al medio y palpitaba nerviosamente esperando la puntada final que llegó de una y mi amante perruno aferrandose con fuerzas en mi cintura me la clavó casi hasta la mitad, como ya había dado con el objetivo por alcanzar su puntería se afinó y en una segunda clavada me la metió completamente hasta que sentí sus testículos perrunos chocando con los míos y comenzó a jalarme desesperadamente, como me la tenía completamente metida ni cuenta se dió cuando su bola lo dejó atrapado en mi esfinter que porfiadamente le impidió la retirada A esa altura yo no gemía sino que ...