1. Madre e hijo I


    Fecha: 20/12/2017, Categorías: Incesto Autor: zaicozico, Fuente: SexoSinTabues

    Primera vez entre Cristal 34 y Abel de 11, el comienzo de su relación Eran ya las 4 de la madrugada, cuando Abel dormido en su cuarto despertó rápidamente debido al ruido en la sala, escuchaba platos cayendo, sillas moviéndose y la tele a un alto volumen. Al bajar, pudo ver a su madre acostada en la sala, dormida y obviamente ebria vistiendo un vestido negro con un gran escote que dejaba a la vista sus piernas a la perfección, apenas cubría algo. Había entrado casi arrastrándose sin si quiera cerrar la puerta, aventó sus cosas a la mesa y de alguna manera consiguió llegar a la sala, desde que su padre decidió abandonarlos hace unas semanas esto se había vuelto costumbre aunque esta era la primera vez que Abel veía a su madre llegar. Abel era un niño de 11 años, delgado y un poco alto para su edad, aun no tenía prisa por crecer y se dedicaba solo a disfrutar sus clases, salir con sus amigos y flojear en la casa, su madre, Cristal era mujer pelirroja de 34 años que siempre se había preocupado por su figura pero desde que en una visita al trabajo de su esposo lo sorprendió engañándola con su secretaria nueva, una mujer rubia de a lo mucho 21, demasiado delgada y alta, sus esfuerzos por verse bien aumentaron, al salir usaba ropa más ajustada, más corta y más transparente, además sus días en el gimnasio aumentaron, tenía una cintura delgada, pechos de un muy buen tamaño, pero su orgullo eran sus nalgas firmes, grandes y bien trabajadas que terminaban en una piernas bien ...
    ... torneadas. Abel estaba a punto de regresar a su cuarto cuando y casi sin prestar atención notó que la falda de Cristal estaba lo suficientemente levantada como para dejar ver un pequeño triangulito morado entre sus piernas, no es que Abel supiera exactamente lo que estaba haciendo pero sabía por la escuela que no se supone que los niños vean ahí, además había visto muchas veces a Cristal en toda su vida, vestida de mil formas diferentes pero ahí, nunca, al acercarse pudo notar sus pechos, tampoco los había visto, sintió una gran curiosidad, su corazón se aceleró, su garganta parecía tener algo atorado y sentía dificultad al respirar. -(¿Por qué me siento así?). Emocionado, asustado, y agitado Abel se acercó a su madre Era ya de mañana cuando Cristal aturdida por las noticias matutinas despertó, era sábado y sentía que la cabeza le iba a explotar, había pasado otra noche con sus amigas intentando olvidar las últimas semanas, a estas alturas se sentía harta de los hombres, tanto de su esposo como de los que conoció durante las salidas con sus amigas, siempre intentando sorprenderla pero terminando en una plática egocéntrica de media hora, algunos intentando seducirla aún con la marca del anillo en el dedo (¿No podía si quiera esperar a que se borrara?, no es alguien muy listo) pensaba para sí, pero algunos ni si quiera se molestaban en ocultarlo, comenzaba a sentir un gran rencor por los hombres en general. Eran ya las nueve y al intentar ponerse en pie notó que su falda estaba a la ...
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