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Sexo anal con mi vecina divorciada
Fecha: 27/12/2017, Categorías: Hetero Anal Autor: Dorsai, Fuente: CuentoRelatos
... bocaditos en la mesa. Empezamos a conversar de cualquier cosa. Clima, política, programas televisivos. Una charla intrascendente pero animada. El calor había bajado un poco pero aún se sentía el bochorno las cervezas nos estaban refrescando y desinhibiendo al mismo tiempo. Cada instante que pasaba la veía más sexi y apetecible. Su escote, sus labios carnosos, la sonrisa transparente. No podía evitarlo pero me estaba excitando cada vez más. Me era difícil contener la erección. - Préstame tu baño – me dijo sacándome de mis ensoñaciones. - Pasa – contesté, pude observar sus lindas piernas mientras caminaba hacia los servicios. Me quede viendo la nada, pensando en el buen cuerpo que tiene e imaginando como sus labios se posarían en mi pene. - ¿En qué piensas? - me dijo al salir del baño y verme perdido en las nubes. - Nada Marle – no pude evitar ruborizarme y le di un gran trago a mi cerveza. Marlene sonrió coqueta se sentó frente a mi, cruzó lentamente las piernas acomodando la falda de su vestido, tomó una de las botellas de cerveza y le dio un gran sorbo mientras me observaba. Una gota de agua corrió de la botella a su mano y cayó en pecho, resbalando entre su precioso escote. - ¿Qué miras travieso? - me dijo con una risita. - El paraíso Marle, el paraíso. De verdad que son hermosas. - respondí con una sonrisa boba. Marlene se rio divertida y luego soltó un suspiro. - ¿Qué pasa? - le pregunté ansioso, pensando en que estaría molesta con lo que le dije. - Nada José, hace ...
... mucho que estoy sola – respondió apenada. - Pero Marle, eres una mujer guapa y tienes un lindo cuerpo… No me dejó terminar, sus ojos brillosos se clavaron en los míos. - ¿Tú crees? - dijo poniéndose de pie Pude observar que sus pezones se traslucían en la tela del vestido y su respiración se había agitado un poco. Me levanté y me detuve a unos pasos de donde estaba ella. Mi pene había formado una enorme carpa y no me molesté en ocultarla. - ¡Claro! - le dije – mira como me tienes – la tomé de la mano y la giré haciendo que su falda se levantara unos centímetros y la jalé hacia mi, apoyando mi pene en su culo. - No sabes lo excitado que me has puesto en las últimas horas – le dije suavemente en el oído mientras lo mordisqueaba. Marlene lanzó un gemido y sentí como su cuerpo se relajó. Mis mano izquierda le rodeaba el estómago mientras que la derecha empezó a acariciar sus enormes tetas. - No sabes la cantidad de pajazos que me he hecho en tu nombre – le dije. - ¿Muchos? - gimió - ¿has botado mucha leche pensando en mi? La giré y la besé salvajemente. Marlene dio un pequeño salto y puso sus piernas alrededor de mi cintura. La tomé por el culo. Me mordió el labio con fiereza y sentí como mi sangre se mezclaba con nuestra saliva. Sus manos eran un remolino en mi cabeza y yo pellizcaba su apretaba sus nalgas indistintamente. La puse en el suelo y me bajé el pantalón del buzo. Mi verga estaba dura, venosa, enhiesta y esperando los labios de Marlene. Cuando ella la vio abrió la boca ...